Solo 4 años . Solo 4 años desde que el Tour de Francia del 2011 llegara por primera vez al Mur de Bretagne. Aquel día la emoción perduró aun finalizada la etapa, pues fue necesaria la fotofinish para dilucidar el vencedor. Un confiado Contador levantaba el brazo al cruzar la meta, mientras un perseverante Cadel Evans lanzaba la bicicleta hacia la que sería su primera alegría en aquel Tour, en su Tour. Así se resolvió aquella etapa. Con suspense y con tensión hasta el final, ingredientes que predominarían durante una edición que se recordará, sin duda, por la ofensividad de Schleck y Contador, el coraje de Voeckler, el atropello a Hoogerland y a Flecha, y porque después de todo eso, al fin ganó Evans.
Hoy ya no estará Evans, aunque sí Contador. No obstante, la presencia del pinteño en el desenlace final parece ser más improbable que en aquella jornada. Quizás ahora más experimentado, quizás ahora más maduro, o quizás simplemente es que su mente estará en ese ansiado doblete Giro-Tour. Ese mismo que buscó lograr en aquel año 2011, en el que acudió a la cita francesa habiendo dominado, sin parangón alguno, el Giro d´Italia. En teoría y solo en teoría, otros corredores estarán llamados a triunfar en tan corta y explosiva subida. Nombres como los de Valverde, Daniel Martin, Purito Rodríguez, Michal Kwiatowski o Tony Gallopin suenan como candidatos a apuntarse un triunfo que parece demasiado para Peter Sagan o John Degenkolb, pues a pesar de sus cualidades en este tipo de cotas, los dos kilómetros al 7% del “Alpe d´Huez bretón” se antojan demasiado para sus piernas de sprinters.
No descartemos tampoco a Froome o a Nibali, a quienes ya hemos visto brillar en este tipo de cortas ascensiones. Si bien el británico dejó atónito a más de uno con su fantástica subida al Muro de Huy, es sabida también la maestría con la que Il Squalo se maneja en este tipo de terreno, siendo, en más de una ocasión, protagonista de clásicas como la Lieja-Bastogne-Lieja. Más difícil lo tendrá Quintana. El liviano corredor colombiano ya demostró el pasado lunes en Huy que los finales explosivos no son lo suyo, y, a priori, partirá con el objetivo de no dejarse más segundos con sus más directos rivales.
Un recorrido, el de la jornada de hoy, de 182 kilómetros con salida en Rennes y en el que, si bien, los corredores afrontarán la ascensión al Mont Bel-Air de cuarta categoría, parece más que claro que el triunfo se decidirá en la ascensión final al Mur de Bretagne, el mismo que hace cuatro años vio ganar al que a la postre se adjudicaría aquel Tour. ¿Se repetirá la historia en esta edición?

