Roman Kreuziger es libre. Tras la retirada de la UCI y la AMA de sus respectivas denuncias por supuesto dopaje del corredor checo ante el TAS, el ciclista del Tinkoff Saxo sale de «un periodo muy difícil para mi y mi familia» que ha durado dos años.
Y es que Kreuziger era investigado por valores anómalos en su pasaporte biológico que arrastraba desde el año 2011, cuando militaba en las filas de Astana. Sin embargo, no fue sancionado hasta principios de julio del pasado año, cuando estaba a punto de disputar el Tour de Francia. El checo ha puesto todo lo que ha estado en su mano para ser absuelto, incluso ha creado una web en la que ha subido todos los datos de su pasaporte biológico. En él, se puede observar subidas cuanto menos curiosas del hematocrito (porcentaje del volumen total de la sangre compuesta por glóbulos rojos) durante el Giro d’Italia 2012. Lo normal es que este porcentaje vaya bajando de forma continua a medida que se hacen grandes esfuerzos. Sin embargo, entre las etapas 17 y 19 de aquel Giro se observa un aumento significativo de dicho porcentaje. Curiosamente, Kreuziger pasó de perder 15 minutos (se hundió en el paso Giau) a ganar pasado dos días en Alpe di Pampeago. Por entonces, el checo militaba en Astana y aunque nunca ha llegado a dar positivo, su caso ha despertado muchísimas dudas.