Tres años después de lograr aquel doblete en Guijuelo 2012, la valenciana Anna Sanchis, defendiendo ahora los colores de Wiggle Honda, volvió a hacerlo. No partía como la favorita indiscutible, como sí sucedía en aquellos Campeonatos salmantinos. Pero mostró buen nivel en Gooik, lo ratificó en la Bira… y se exhibió en el Nacional de contrarreloj. Corriendo en inferioridad numérica, tuvo sangre fría, supo esperar, supo atacar y supo ganar. Y lo hizo.
El Campeonato arrancó con un ataque de seis corredoras. Eran María San José (Castilla y León), Paloma Cornejo (Asturias), Lierni Lekuona e Irati Idirin (Euskadi), Sandra Jordà (Catalunya) y Mireia Orengo (Comunitat Valenciana) las primeras en moverse, con solo 15 km recorridos, pero esa avanzadilla no duró y fue rápidamente neutralizada.
En ese momento, con todavía 90 km por recorrer, dos de las corredoras más combativas carrera tras carrera hicieron su movimiento. Cómo no, Ainara Elbusto (Navarra) y Dorleta Eskamendi (Euskadi) eran las conformantes de ese dúo cabecero. Con 25 km hechos, navarra y vasca ya tenían 1:10 sobre el pelotón. Con 30 km, 2:05. Y empezó el nerviosismo detrás.
El calor hacía estragos, los más de 40 grados Celsius provocaban sofocos, abandonos, vómitos y golpes de calor entre muchas corredoras que cual cuentagotas se descolgaban del pelotón. Mientras tanto, Alba Teruel (Comunitat Valenciana), Lucía González (Asturias) y Lourdes Oyarbide (Euskadi) atacaban y rápidamente se acercaban hasta una cabeza de carrera que por entonces pasó a estar formada por cinco ciclistas. En el km 65, Gloria Rodríguez (Región de Murcia) y Aida Nuño (Asturias) también lo probaron, alcanzando a las de la fuga y formando un septeto… que no fue definitivo.
Y es que por detrás había tres corredoras que se echaron sobre sus hombros el ritmo de caza. Leire Olaberria (Fullgas), Anna Ramírez (Catalunya) y Anna Sanchis (Wiggle Honda) encendieron un vibrante ritmo de caza que acercaba progresivamente a su grupo (con Catalina Rayó —Illes Balears—, Alicia González —Asturias—, Ane Santesteban —Inpa Sottoli— y Cristina Martínez —Comunitat Valenciana—) hasta la cabeza de carrera. La tensión se mantuvo. La diferencia bajaba, pero no se cerraba.
Hasta que quedaron 300 metros. En ese momento se produjo la fusión de ambos septetos y, llegando desde atrás, Leire Olaberria fue la primera en lanzar el esprín. Muy pronto, porque la sangre fría de Sanchis y Santesteban tuvo un puntito más que les dio, respectivamente, oro y plata. El bronce, también para una llegada desde atrás: Alicia González, que se colgaba a la vez el rojiualda sub-23.