En el ciclismo había sido difícil encontrar la mezcla entre la élite y el aficionado que va a disfrutar o que quiere perseguir a la élite. En la carrera a pie eventos de nivel mundial como el maratón de Boston, el de Nueva York o el de Berlín reúne cada año a plusmarquistas mundiales y a aficionados que por un día creen formar parte de la élite alentados por la muchedumbre que les anima. Esto es lo que ha conseguido la Titan Desert, en diez años se ha consolidado como una de las pruebas de referencia para el aficionado ciclista que acude allí a sufrir pero también a disfrutar de las dunas del desierto marroquí. Pero esta no es sólo una carrera cicloturista en la que uno va a pasearse si no que también ha conseguido reunir a grandes corredores del peloton internacional.
En su corto palmarés constan dos vencedores de la Vuelta España y sin ir más lejos en esta edición ha corrido el vencedor del Tour 2006 Oscar Pereiro. La carrera fue ideada por un español y así ha seguido la tradición porque desde que hace diez años Juan Porcar la creó, siete españoles han alzado los brazos en la línia de meta y muchos otros han subido al podio. La brillante idea de este hombre fue mezclar el Paris-Dakar y el ciclismo. Quería hacer víctimas a los cicloturistas y a los élite que quisieran disputarla de las dunas, el viento y el calor del Sahara marroquí.
Podrá gustar más o menos, habrá quién diga que esto no es ciclismo, pero seguidores y detractores te dirán que es una prueba épica.