La Copa del Mundo femenina de la isla de Chongming se lleva celebrando como parte de la máxima competición del ciclismo femenino mundial desde la temporada 2010, año en el que la victoria se la llevó la mítica Ina-Yoko Teutenberg (HTC-Columbia). Pero ahora bien, ¿es la shanghaiana una carrera sobrante en el calendario internacional? Sí. Y es que representa todo lo que no es ciclismo, pese a las permanentes sonrisas de todo el que esté involucrado en su disputa.
Año tras año vemos y leemos situaciones como la de la selección australiana en 2014, año en que llegaron por los pelos a la prueba de la Copa del Mundo, aunque se perdieron la vuelta por etapas previa por culpa de los visados, que no les llegaron a tiempo para viajar a China. El combinado aussie no fue el único que se perdió días chinos, porque también el fotógrafo más popular del ciclismo femenino, Anton Vos, sufrió esos inconvenientes… y la responsable de hacer que podamos seguir desde casa las carreras de la Copa del Mundo, la multifacética José Been, no logró tampoco hacer el viaje.
Hablamos de ella, y este año que el encargado de los tuits en directo de @UCIWomenCycling sí consiguió viajar a la isla de Chongming… pues se topó con que China representa el anticiclismo. Por lo menos, el anticiclismo con un deporte que, por desgracia, no podemos seguir en directo por la tele. La prohibición del gobierno mandarín que tiene impuesta a Twitter hizo que no pudiéramos hacer el seguimiento de la carrera, enterándonos del podio completo de la misma media hora después de su finalización. Y yo, sinceramente, he seguido desde casa muchísimas carreras del Torneo Euskaldun con más facilidad que esta Copa del Mundo, una Copa del Mundo en la que si no están las grandes —esprínteres aparte—, será por algo.
Foto, precisamente, © Anton Vos 2015