Asomarte a una clasificación de una carrera de entidad donde se dan cita algunos grandes equipos, incluido un World Tour, como el Lampre-Merida, y ver que las primeras posiciones están completamente copadas por ciclistas de un mismo país es raro, más si cabe cuando ese país es toda una potencia deportiva como Irán. Y en un deporte como el nuestro, mucho más.
Se acabó el Tour de Japón con la victoria de Mirsamad Poorseyedigolakhour, aunque el verdadero triunfador fue el paisano que se encargó de grabar su nombre en el trofeo. ¡Menudo mérito!. Las cosas como son, porque son japones, si este viene a España que se lleva el trofeo sin plaquita es tan probable como que algún político que salga reelegido hoy haya estado llevándoselo puesto los últimos cuatro años. Volviendo a la carrera, tras el bueno de «Mirsa», otros tres compatriotas iranís y los tres del conjunto «todopoderoso» Pishgaman Giant Team, con Rahim Emami, segundo, Hosssin Askari, tercero, y Amir Zargari, cuarto. Después de todos esos ciclistas, uno que a pesar de su veteranía, sí que puede decir que estuvo metido en pódium de Vuelta a España o rondándolo en el Tour de Francia, nuestro Paquito Mancebo. Por cierto, que el «Pisha» de Teherán reedita triunfo, ya que fue el vencedor del año pasado, y para que veamos como Irán está subiendo como la espuma en esto del ciclismo, entre los seis puestos de honor entre el pódium del año pasado y este, solo un valiente esloveno tuvo el cuajo de meterse entre tanto iraní, Grega Bole, segundo en 2014, ya que los de Oriente también sumaron primero y tercero aquí.
La hazaña iraní, llegó con la quinta etapa en la subida al Monte Fuji, de 11,4 kilómetros. Un «puertaco», las cosas como son, superándose los más de 1000 metros acumulados. Pues en esa tesitura, las cinco primeras posiciones serían para los hijos de Irán. La victoria recayó en Rahim Emani, con «Mirsa» segundo, y tres compañeros del ya citado equipazo, Pishgaman, en las tres siguientes posiciones. Todos ellos separados por un minuto, haciendo en la ascensión en menos de 40 minutos. Los humanos entre los que estaba el abulense del Skydive Dubai, se dejaban casi dos minutos en la línea de meta.
Demos gracias de que los mundiales quedan en Septiembre, porque si cayese en estas fechas, nada podríamos hacer ante las hordas de los iranís voladores. Por cierto, que desde Japón nos llegó una gran alegría con el triunfo en la cuarta etapa con final en Shinshu, de uno de esos españoles por el mundo como Benjamín Prades (Matrix Powertag).
Lo dicho, medio mundo preocupado por las bombas nucleares de Irán y Corea del Norte, los señores de la ONU de visita cada dos por tres por allí, y va a resultar que las armas químicas de los persas estaban en Japón. Ahí lo dejo, señor Obama.