Después de la jornada dantesca de ayer en la que Nairo Quintana (Movistar) apareció el primero entre la nieve en la cima del Terminillo, hoy parecía que los ciclistas podrían tomarse un respiro en una etapa, más o menos comoda, en la Tirreno-Adriático, pero nada más lejos de la realidad, ya que durante los 210 kilómetros entre Rieti y Porto Sant´Elpidio y algo más de 5 horas encimas de las bicicletas, les ha caído un tremendo aguacero a todos los integrantes del pelotón de la carrera italiana.
En estas condiciones, cualquiera podría pensar que huir del cobijo ofrecido por el gran grupo sería una auténtica locura, pues bien como suele ser habitual de entre todos los ciclistas aparecieron tres de esos locos, en concreto Yukiya Arashiro (Europcar), Stijn Devolder (Trek Factory Racing) y Alessandro Vanotti (Astana), siendo el italiano el que más piernas demostró en el día de hoy, aunque su trabajo fue en balde, ya que fue neutralizado y rebasado por Alexis Vuillermoz (AG2R La Mondiale), quién mantuvo un bonito pulso con el pelotón encabezado por los hombres del Tinkoff en los kilómetros finales, aunque fue atrapado cuando se veía ya la pancarta del último kilómetro.
Por el camino, lo más destacado de la etapa, la ascensión a Montelparo, donde Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) decidió probar al líder de la carrera, Quintana, aunque el colombiano volvió a demostrar el gran golpe de pedal al que ha llegado a la prueba transalpina. Finalmente, la jornada se decidió al sprint, aunque con algunos de los grandes velocistas descartados, ya que «hicieron aguas» por le camino, como fue el caso de Mark Cavendish (Etixx-Quick Step) o Sacha Modolo (Lampre-Merida). En este río revuelto quien supo pescar y de qué manera, fue el esloveno Peter Sagan, que devolvía así el gran trabajo realizado por sus compañeros y lograba de esta manera alcanzar la tan ansiada primera victoria con sus nuevos colores del Tinkoff-Saxo. Tras él, Gerald Ciolek (MTN-Qhubeka) y Jens Debusschere (Lotto Soudal).
En la general no se han producido cambios reseñables, por lo que Nairo saldrá con una clara ventaja con respecto a todos sus rivales, de cara a la última jornada de mañana, una crono de 10 kilómetros en San Benedetto del Tronto completamente llana que pondrá el punto y final de la edición de la Tirreno-Adriático de este 2015.
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