300. Espartanos. Auténticos héroes venciendo a lo imposible, para acabar sucumbiendo. 300 kilómetros son los que separan Milán de la Via Roma en San Remo, y un único espartano superviviente pudo alzarse con el triunfo en la Classicissima, un bávaro. John Degenkolb.
El de Giant-Alpecin se mostró intratable en una llegada en la que muchos no se habían dado cuenta de su presencia. Todo parecía que estaba preparado para que Alexander Kristoff (Katusha) reeditara su triunfo del año pasado gracias al trabajo de un inconmensurable Luca Paolini en los últimos kilómetros. Pero no. Degenkolb sobrepasó a absolutamente a todos los demás galgos para hacerse con el primer Monumento de la temporada. Kristoff se quedó con las ganas, y Michael Matthews (Orica-GreenEdge) se subió al podium de un Peter Sagan (Tinkoff-Saxo) que volvió a hacer lo clásico en el día del Clásico en una gran Clásica, es decir nada.
Nadar, nadaron muchos por el camino, en un día de perros donde la lluvía acompañó a los ciclistas durante la gran mayoría de la jornada, a excepción de los últimos kilómetros, haciendo que muchos se fueran al suelo, especialmente importante la caída sufrida en el descenso del Poggio a apenas 4 kilómetros de la meta por algunos de los gallos como Philippe Gilbert (BMC), Gerald Ciolek (MTN-Qhubeka), y los Etixx-Quick Step Zdenek Stybar y Michael Kwiatkowski, demostrando una vez más la «gran» suerte del maillot arco-iris. Otros favoritos como Mark Cavendish (Etixx-Quick Step) o nuestro Juan José Lobato (Movistar) naufragaron ante el ritmo marcado por los hombres de Sky y BMC, mientras que grandes nombres que sí que llegaron en el grupo de unas treinta unidades de cabeza como Fabian Cancellara (Trek Factory Racing), séptimo, o el propio Alejandro Valverde (Movistar) decepcionaron, aunque en el caso del murciano, sin duda al verse entre tanto gallo de pelea, seguramente pensara más en la dura semana que le espera en Cataluña.
Antes de la resolución final en San Remo, Stybar y Greg van Avermaet (BMC), volvieron a demostrar el gran estado de forma en el que se encuentran ambos, siendo los más incisivos de los grandes favoritos tanto en la subida a la Cipressa, como al Poggio, aunque también remarcable el intento protagonizado por Daniel Oss (BMC) y Geraint Thomas (Sky), siendo este último cazado por el grupo selecto justo en el momento en que se coronaba el Poggio di San Remo.
Finalmente, Degenkolb que ya había rondado el triunfo en 2012, pudo levantar los brazos y salir guapo en la mejor de las fotos de su prolífica carrera, para hacerse con la temida batalla de los 300.