En septiembre, todos nos estremecimos con la impactante caída de Rabobank-Liv en la contrarreloj por equipos del Mundial de Ponferrada, que se saldaba con una rotura de la cresta ilíaca de la pelvis para la neerlandesa Anna van der Breggen. Solo cinco meses después, la de Zwolle, en su primera carrera tras ese Campeonato del Mundo, alzó los brazos de forma magistral en la línea de meta de un Omloop Het Nieuwsblad que se resolvió en una escapada de dos, en la que ella —sorprendentemente— fue más rápida que su compatriota Ellen van Dijk (Boels Dolmans).
La carrera comenzó con un cierto control entre las favoritas, que parecían querer cumplir la tradición de «no se ataca hasta Trieu», pero ni eso hizo falta. Sin movimientos reales incluso pasado el kilómetro 60 de la prueba, unas 30 corredoras se quedaron en cabeza al paso por el Paterberg. Muchas hicieron la goma, tratando de enganchar con un grupo delantero que finalmente se escapó formado por 32 corredoras, con todas las favoritas envueltas (más alguna invitada).
Tras el Molenberg, a unos 25 kilómetros de la línea de llegada, Ellen van Dijk (Boels Dolmans) y Anna van der Breggen (Rabobank-Liv) hicieron su apuesta, marchándose para adelante y no dejando ya que fueran cazadas. Boles Dolmans aprovechó en ese momento su aplastante superioridad numérica para frenar al grupo perseguidor, compuesto por 18 ciclistas; pero Van Dijk no pudo devolver en forma de triunfo la confianza depositada en ella y tuvo que conformarse con un segundo escalón en el podio solo superado por Van der Breggen. Tercera y ganando el esprín del grupo fue Lizzie Armitstead (Boels Dolmans), y cuarta otra del conjunto neerlandés: Chantal Blaak.
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