Estoy cansado de oír frases como que «estamos en una época dorada para el ciclocrós español», o que «es un gran momento» para el mismo. Me voy a centrar, porque es lo que mejor y más de cerca conozco, en la situación del femenino. Aunque claro está que, a día de hoy, todo lo expresado en estas líneas es perfectamente traspolable al masculino.
La 2014-2015 que hoy acaba a nivel nacional ha sido una temporada de cambios. El «movimiento de ciclistas femeninas que piden igualdad» —sobre el que charlábamos este mismo martes en El Pelotón Radio con su portavoz Mónica Carrascosa— ha conseguido bastantes progresos y, sobre todo, visibilidad. Una visibilidad que ha terminado por hacer que federaciones como la Asturiana hayan modificado sus reglamentos para lograr la equidad de premios en sus carreras. Un paso adelante, sin duda, que ojalá ayude a que más féminas se animen a meterse en el barro. Pero esto no es suficiente, y menos cuando se tiene una Copa de España de 11 carreras, de las cuales… ninguna ha sido internacional. Una pérdida de tiempo y de dinero para muchas de las ciclistas que han disputado la competición completa sin tener ninguna motivación como lo son los puntos UCI, esos que luego permitirían que las corredoras estatales salieran más adelante en las parrillas de salida de los ciclocroses importantes.
Cierto es que la 2014-2015 está siendo la temporada más internacional para las de aquí. Pero en la práctica, en la mayoría de los casos, esas salidas al extranjero han sido pagadas por los bolsillos de las propias corredoras, sin ayudas de la RFEC para disputar la Copa del Mundo, competición en la que por cierto las inscripciones se tramitan a través de la federación nacional correspondiente. Si no me fallan los cálculos, diez ciclistas con licencia española han disputado (o disputarán, que queda temporada) carreras UCI en el extranjero. La más internacional ha sido una Aida Nuño que gracias al apoyo del MMR-Spiuk CX Team de Javi Ruiz de Larrinaga ha dado lecciones de por qué hay que creer en el ciclocrós femenino español. Sus sensacionales actuaciones en Valkenburg y Milton Keynes, en la Copa del Mundo, reafirmaron por qué está teniendo esta oportunidad. Además, fue séptima en Ronse y octava en Spa, ambas pruebas del bpost bank trofee. Pero ahí acaba lo más parecido al profesionalismo que hay en el ciclocrós nacional.

Rocío Gamonal disputó en noviembre un Campeonato de Europa en el que terminó en ¡octava! posición a solo 30 segundos de las medallas. Pero ya está, no ha podido correr más fuera. Además, fue un Europeo raro en el que poco tuvo que ver la RFEC a la hora de llevar a los corredores. Otra fémina corrió allí en Alemania, precisamente otra asturiana, Alicia González. Fue 14.ª, estando también en la pomada. Quien sí ha disputado bastante fuera, aunque por otras razones en su caso, ha sido la catalana Mercè Pacios. Curiosamente ella ha sido la corredora que más cerca se ha quedado de alzar los brazos en una carrera UCI: fue segunda en Southampton (C2).
La Federación Vasca disputó dos carreras en un fin de semana belga, llevando a las féminas Lierni Lekuona y Olatz Odriozola. La primera de esas dos pruebas fue la de Lichtaart, perteneciente a la ConCap Cup. Modelo a seguir. La ConCap Cup es la competición en la que deberían curtirse los ciclistas de aquí, con más stages como este breve de la ETxF, en carreras en las que los de aquí sufrirían mucho, pero aprenderían el doble. Lierni lo hizo, y fue novena en Lichtaart. Al día siguiente, Olatz fue décima en el Superprestige de Gavere. Nada mal. Una Odriozola que, esta vez con el apoyo de su equipo Bizikleta.com, pudo disputar la Copa del Mundo de Zolder.

Las demás salidas al extranjero las han protagonizado las juveniles Enara López (gracias a la selección bizkaína corrió el bpost de Essen) e Irene Trabazo (quien gracias a su equipo corrió las Copas del Mundo de Namen y Zolder)… y mañana mismo Mónica Carrascosa, pagándoselo de su bolsillo, correrá la Copa del Mundo de Hoogerheide. Completa las diez corredoras internacionales la perla madrileña Rocío García, a la que veremos debutar en un Mundial el fin de semana que viene en Tábor.

Una vez leído esto me ronda una pregunta por la cabeza: ¿no es triste que en menos de 500 palabras me hayan cabido todas las participaciones españolas en carreras UCI? Estamos en lo de siempre: hacen falta patrocinadores, hacen falta equipos. Como decía el otro día un buen amigo de esta web, Jon Hernández, no CX team, no party. Y hasta que no lo haya, el ciclocrós español seguirá estancado. Desperdiciando a corredores y corredoras que tienen nivel para luchar por todo, obligándoles a pasarse a la carretera y, lo que es más grave, vendiendo que la situación es buena. Porque digan lo que digan, a mí no me la cuelan: no estamos bien. Todavía.