Desde el primer metro el cántabro impuso su ley en Los Pericones. Metro a metro, vuelta a vuelta, iba abriendo hueco sobre sus rivales a pesar de algún que otro error. Por detrás, Felipe Orts veía como el gallego Raúl Fernández amenazaba su segunda posición, incluso llegando a superarle durante unos instantes. Pero el valenciano supo mantener su ritmo, y el gallego poco a poco se vació. Se vacío hasta tal punto que otro cántabro como Adrian García le daba caza a en las últimas vueltas, y rodaba hacia el bronce prácticamente sin que el gallego pudiese hacer más que verle marchar.
Ya en meta Kevin demostraba que en circuitos duros no hay quien pueda con él. La plata también la consiguió con bastante ventaja sobre el resto de rivales Orts, y cuando esperábamos a Adrian en meta apareció el cántabro remolcando su bicicleta, una avería iba a dejarle sin la medalla que se había ganado durante la hora de carrera. El gallego Raúl Fernández fue el que a escasos metros de meta sobrepasaba Adrián, que protagonizó una de las imágenes del fin de semana, completamente roto de rabia e importencia al atravesar la meta.
Tras la carrera, el cántabro nos comentaba que «ha sido una carrera complicada. La clave era estar tranquilo para no cometer fallos, era importante y creo que he podido hacerlo así. El circuito estaba totalmente distinto a estos días atrás, muy técnico, por lo que ha sido una carrera de fallar lo menos posible. He cambiado de bici prácticamente a cada vuelta, porque había mucho barro y la bici se ensuciaba mucho, y así es muy fácil tener problemas mecánicos como el de Adri, que ha sido una pena porque hubiese sido bonito estar los dos en el podio».