Tras las últimas actuaciones de Alberto Contador, muchos han apuntado al madrileño como claro ganador de la Vuelta a España. En efecto, el corredor de Tinkoff-Saxo tiene una renta que, a poco que sepa jugar sus cartas, le debe valer para conseguir llevarse esta edición de la ronda español, pero más allá de eso, parece que en el cuerpo a cuerpo ni Froome, ni Purito, ni Valverde pueden con Contador.
Analizando lo que queda, a Froome solo le quedaría Ancares para intentar darle la vuelta a la tortilla, pero parece poco probable que consiga remontar el 1’39» que cede sobre Contador. A Valverde y Purito les quedan un par de etapas en las que pueden poner en jaque al líder, son Monte Castrove y Cangas do Morrazo, en las que el catalán y el murciano deben valerse de la explosividad soltar a Contador, no obstante en Ancares están casi destinados a ceder algo de tiempo.
En definitiva, salvo sorpresa parece improbable que la carrera cambie de líder de aquí al final si siguen planteándose batallas entre líderes. Entonces, ¿es irremediable la victoria de Contador? Pues la verdad es que no. Hasta ahora Contador ha tenido la «suerte» de que equipos como Katusha, Sky o Movistar han sido ambiciosos buscando ganar las etapas con sus líderes, y no planteando una táctica en la que el bloque pase a primer plano. Hasta ahora Tinkoff-Saxo ha intentando siempre meter a corredores en las fugas para eximirse de responsabilidad en el control de la etapa, saliéndole bien la jugada siempre.
Y ese es el punto débil de Alberto Contador en esta Vuelta a España: su equipo. Para que el pinteño hinque la rodilla, hace falta que corredores como Nieve o Deignan (Sky), Caruso o Dani Moreno (Katusha), Herrada o Izagirre (Movistar)… Corredores que provoquen que el líder vaya incómodo y por qué no, avecinen un movimiento desde lejos de alguno de los corredores que luchan por esta Vuelta. Solo así podrán con Contador.