Ni una fractura de clavícula hace un mes puede parar a una ciclista buena. Porque la que es buena, lo es siempre, y en especial en la carrera que la dio a conocer al mundo, solo un año después de lograr su primer arcoíris en la carretera. Hablamos de Amalie Dideriksen, vencedora del Mundial de la Toscana, campeona danesa élite y, ahora, doble campeona del mundo de fondo en carretera tras alcanzar el título un año después en Ponferrada.
La carrera no comenzó del todo bien para las aspiraciones de las españolas, con la castellanoleonesa Coral Casado descolgada en la primera vuelta tras haber pasado toda la semana aquejada de un virus. Otros abandonos importantes en esa primera parte de la prueba fueron los de Tereza Medvedová (Eslovaquia) o Fien Delbaere (Bélgica), esta ultima por una dura caída. La selección neerlandesa seleccionó bastante el grupo en el segundo giro al circuito bierzano, con las tres españolas muy atentas en todo momento, en especial la zamorana Maria Calderón, que coronó el Mirador en cabeza en ese segundo paso.
Pese a ese esfuerzo de las oranje, sus corredoras comenzaron a sufrir en la tercera vuelta, descolgándose del grupo de favoritas Aafke Soet y Chanella Stougje, así como la aussie Anna-Leeza Hull. Trabajo neerlandés hecho, tocaba el turno para las italianas, que con cinco corredoras —una más que la mayoría— tiraba del pelotón. La selección kazaja, tapada, jugo al ataque en esa tercera vuelta, aunque la que más ventaja cogió fue Macey Stewart (Australia), a la que sin embargo el esfuerzo en el descenso no le sirvió para abrir hueco.
Ya en la última vuelta, y con el pelotón más seleccionado aún, las tres españolas marchaban en cabeza cuando, en la bajada de Confederación la madrileña Rocío García sufrió una caída que la obligó a perder contacto con ese grupo cabecero. Sofia Beggin y Sofia Bertizzolo (Italia), junto a Amalie Dideriksen (Dinamarca), lanzaron su ataque, aunque a tres de meta fueron cazadas por un grupo de 15 sin representación española que, al final se jugó el arcoíris. Viniendo de esa pequeña fuga, Dideriksen hizo valer su poder pistard para lanzar el esprín y lograr su segundo oro, superando a la campeona de Europa Sofia Bertizzolo y a la polaca Agnieszka Skalniak, que se colgó el bronce.
Finalmente María Calderón fue la mejor española, 26.ª a 15 segundos, entrando en el mismo grupo que Cristina Martínez, 31.ª. Por su parte, tras la caída y pese a tener piernas para estar más adelante, Rocío García solo pudo ser 44.ª, y Coral Casado 67.ª.
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