Estamos acostumbrados a ver como la celebración de una gran cita deportiva suele ser el acicate para hacer que una disciplina deportiva crezca en el país del organizador y que las diferentes federaciones trabajen duramente desde la base para conseguir ser los mejores. El claro ejemplo son las olimpiadas, Barcelona supuso un «boom» en España, que hemos visto como en la última década hemos sido claros dominadores de los deportes más importantes existentes. Lo mismo hemos visto que ha sucedido posteriormente en países como Australia con Sidney, en China tras Beijing o en el Reino Unido tras Londres.
Pues bien, en esta ocasión la conclusión que podemos sacar tras la finalización de los Mundiales de ciclismo celebrados en Ponferrada es que nuestra Federación de Ciclismo tiene mucho trabajo por delante. Llevamos ya muchos años viviendo de las rentas y del talento existente en corredores que ya están acercándose al ocaso de sus carreras sin que parezca que por debajo venga nadie que pueda estar a la altura. Es cierto que volver a ver Contadores, Valverdes y Puritos juntos es poco menos que imposible pero si el trabajo bien hecho hizo que fuera posible una vez, ¿por qué no se podría volver a conseguir?.
El caso es que de Ponferrada nos llevamos el botín del bronce de Alejandro Valverde. Exactamente igual que los dos años anteriores. Es decir, la vida sigue igual, y ya va siendo hora de ver algún nombre nuevo o de conseguir alguna medalla en otras disciplinas o categorías.
Empezando por el final y lo ocurrido ayer, es cierto que conseguir tres podiums seguidos es algo al alcance de pocas
selecciones, aunque siempre por unas cosas u otras nos quedamos con la espina de no llevarnos el arco-iris. A pesar de que en esta ocasión las sensaciones fueron mucho más positivas que en Florencia no podemos tampoco negar una evidencia: esta selección se nos acaba. Alejandro Valverde con 34 años, Joaquim Rodríguez con 35, Dani Moreno con 33 años, Luis León Sánchez o Imanol Erviti con 30 años, Dani Navarro con 31 años, y los no seleccionados esta vez pero parte también de este equipo Alberto Contador con 31 y Samuel Sánchez con 36, todos ellos son claros ejemplos de que el tiempo no pasa en vano y que a muchos de ellos les quedan pocas temporadas para seguir estando en lo más alto. Por el otro lado la gran carrera hecha por Jesús Herrada con 24 años, Ion Izagirre con 25 o Castroviejo con 27 puede mantener las esperanzas de la afición española en alto. Veremos que pasa en el futuro.
Si nos vamos a otras disciplinas, es decir a la crono, es cierto que aquí no tenemos mucho que decir. España nunca fue un referente y que casos como Miguel Indurain o Abraham Olano fueron auténticas excepciones. En la actualidad de hecho tenemos a Alejandro Valverde como campeón nacional de la modalidad, y si nos paramos a pensar solo Contador en un estado de forma sublime estaría por encima del murciano encima de la cabra, por lo que el décimo puesto de Castroviejo el pasado miércoles en la capital berciana podría ser tomado como de hasta un éxito, y más viniendo de un corredor que ha demostrado merecérselo por lo mucho que ha luchado esta temporada y en concreto en este Mundial. Más preocupante son los resultados en el resto de categorías donde nuestro mejor
resultado ha sido el décimoctavo de Juan Camacho en sub23 o el vigésimo segundo de María Calderón en junior femenino a un mundo de los mejores.
En cuanto a la línea, sí podemos decir que la selección en casi todas las carreras se ha dejado ver, estando presentes hasta casi al final, pero parece que más por ganas que por fuerzas, y seguramente en eso mucha culpa haya tenido el aliento de los miles de aficionados agolpados en la carreteras apoyando en cada una de las pruebas a nuestros y nuestras ciclistas. Seguramente que de no correr en casa la cosa habría sido mucho peor. Pero aún así y estando presentes en carrera, cuando llegaba el momento de la verdad los nuestros desaparecían y varios kilómetros antes de la meta nuestras esperanzas se habían desvanecido.
Únicamente los sub23 aprobaron en estos Mundiales siendo protagonistas con Mikel Iturria o Marc Soler en diferentes ataques ya dentro de las últimas vueltas y con Miguel Ángel Benito entrando en el grupo cabecero que se jugó las medallas por detrás del oro del noruego Bystrom, pero que sin duda no realizó el mejor sprint de su vida. En las chicas muy, muy lejos de las mejores y eso que tanto en junior como en élite fueron pruebas en las que se fue con un ritmo relativamente cómodo para poder haber llegado posteriormente más lejos. Y ya de los junior masculinos poco se puede decir con ningún puesto entre los cincuenta primeros tanto en crono como en línea.
Por lo tanto debemos y tenemos que aprovechar los años que nos quedan de poder disfrutar todavía de los grandes ciclistas españoles de los últimos 10 años, pero hay que ponerse las pilas duramente en la base para hacer que los grandes años de oro de nuestro ciclismo no se terminen tan pronto y que todavía podamos seguir viendo nuestra bandera subiendo por el mástil porque alguno de nuestros chicos o chicas hayan hecho una formidable carrera.
