Volver a recuperar el reinado de los grandes vueltómanos debe ser el principal objetivo del británico Chris Froome. Tras un 2013 que dominó con puño de acero en prácticamente todas las carreras en las que se presentó, 2014 ha sido un año muy duro para él, con numerosas lesiones y enfermedades que le han mantenido más tiempo en la enfermería que sobre una bicicleta y donde no ha podido culminar con éxito ninguno de los objetivos marcados a principio de temporada. Por ello, la Vuelta de este año se ha convertido en el objetivo número uno del británico, una Vuelta donde tratará de reencontrarse con las buenas sensaciones sobre la bici, sensaciones que hasta este momento le han sido esquivas.
Ha pasado ya más de un mes desde su obligado abandono en Tour, un Tour especial al partir desde su país, lo que ha hecho que la decepción sea mayor. Chris se ha recuperado satisfactoriamente de sus lesiones y ha preparado con ganas la Vuelta a España, una carrera de gratos recuerdo para él, ya que fue en la edición de 2011 donde el bueno de Froome realizó su presentación en sociedad, tras un segundo puesto en la general cuando no había obtenido objetivos relevantes en su carrera y su contrato con su equipo pendía de un hilo.
Una edición de la Vuelta a España que se adecúa perfectamente a sus características, con numerosos finales en alto, donde ha demostrado de sobra que es uno de los mejores del mundo, tanto en subidas más cortas y explosivas como en las más largas y tendidas, donde siempre cuenta con un excelente trabajo de sus compañeros y donde acaba imponiendo su ritmo ante sus rivales. Además, el recorrido de este año también deparará tres jornadas contra el crono, dos individuales y una por equipos, disciplina que es otra de las especialidades del británico y donde tratará de aventajar a sus rivales el máximo posible, si es que es necesario y no lo ha hecho ya en la montaña.
Para su objetivo contará con un bloque potentísimo, uno de los mejores de los que estarán presentes en la Vuelta. Un bloque hecho a su medida y que estará totalmente a su disposición parar tratar de hacerse con la general de la carrera. Corredores del nivel de Mikel Nieve, Peter Kennaugh o el grandísimo Vasil Kiriyenka, capaz de llevar el peso del pelotón durante gran parte de la etapa, hacen que el conjunto inglés sea temible y un argumento de peso para apostar por la victoria de Chris Froome.
Aunque por una vez no parta como favorito número uno, si el británico se ha recuperado satisfactoriamente de sus lesiones y recupera sensaciones sobre la bici, puede volver a reinar en una Gran Vuelta y culminar un año de sinsabores con una gran alegría.