Como es habitual, la montaña será la principal protagonista de una Grandissima que no olvida a los contrarrelojistas ni a los sprinters. Cuatro finales en alto, otras cuatro etapas llanas, dos contrarrelojes y una etapa de media montaña son los once parciales de la 76 edición de la llamada cuarta grande.
Prólogo. Fafe – Fafe, 6,8 km.
Un prólogo de 6,8 kilómetros para empezar a calentar las piernas de cara a todo lo que viene. Una parte inicial con alguna curva difícil y el repecho final hace que se trate de un prólogo de fuerza en el que veremos alguna sorpresa entre los primeros clasificados.
Etapa 1. Lousada – Maia, 183,5 km.
La primera oportunidad para los sprinters y de donde saldrá el primer portador del maillot de la montaña. Entrar bien posicionados en la curva final será muy importante para luchar por la victoria, por lo que veremos quién es el equipo más fuerte para controlar la llegada.
Etapa 2. Gondomar – Braga, 171,8 km.
El primer contacto con la montaña llega tras una primera parte de la etapa rodando por la costa donde habrá que tener cuidado con el viento. Una vez pasada la meta volante de Pávoa do Lanhosa se llega al triple paso por el puerto de Sameiro que será el juez de la etapa.
Etapa 3. Viana do Castelo – Montalegre (Serra do Larouco), 180 km.
El primer final en alto llega pronto, tras cuatro pequeños puertos la Serra do Larouca, que marca la frontera con Galicia, será la primera prueba importante para los líderes de los equipos. Es un puerto bastante duro, en el que se llega a los 1500 metros de altitud, con unos tres últimos kilómetros con rampas importantes.
Etapa 4. Boticas – Mondim do Basto (Senhora da Graça), 192,5 km.
Tras la dura ascensión del día anterior, no hay descanso para los líderes. Una etapa dura les espera a los ciclistas de nuevo por la montañosa zona norte del país. Dos importantes puertos se enlazan en la parte final y el Alto de la Senhora de Graça será donde lleguen los corredores más fuertes para, en sus duras rampas, luchar por la victoria de etapa, y por distanciar a sus rivales.
Etapa 5. Alvarenga – Santo Tirso (Nuestra Snhora de Assunçao), 161,3 km.
Tercer final en alto consecutivo que afrontarán los corredores, aunque este mucho más suave que los dos anteriores y tras una etapa, por las inmediaciones de Oporto en la que no deberían tener demasiadas dificultades.
Etapa 6. Oliveira do Bairro – Viseu, 155 km.
Una etapa para que los sprinters se exhiban justo antes de la jornada de descanso. los hombres de la general no tendrán más que intentar salvar el día sin problemas para llegar a la parte final de la carrera con opciones.
Etapa 7. Belmonte – Seia (Torre), 172,5 km.
La jornada reina de esta edición de la Volta llega tras el descanso, con dos puertos de categoría especial, que harán sufrir a los ciclistas. El puerto final, la ascensión a la Torre de Seia, con la meta a casi dos mil metros de altitud, recordará a más de uno los colosos pirenaicos. Será la última oportunidad de los escaladores de ganar tiempo de cara a la contrarreloj.
Etapa 8. Sabugal – Castelo Branco, 194 km.
Etapa de transición antes de la decisiva contrarreloj en la que los equipos de los sprinters tendrán que controlar si no quieren que llegue alguna fuga.
Etapa 9. Oleiros – Sertã (CRI), 28,9 km.
Una contrarreloj cuesta abajo, es lo que se ve en el perfil. No parece que vaya a generar demasiados problemas a los corredores aunque si que dilucidará, si es que la montaña no lo ha hecho ya, el vencedor final de esta 76 edición de la Volta.
Etapa 10. Burinhosa – Lisboa, 167,1 km.
El paseo final del vencedor, camino de la capital lusa. Salvo sorpresa mayúscula, el circuito final favorecerá una bonita lucha entre los equipos de los velocistas por llevarse la etapa final de la cuarta grande.