«La carrera ha ido muy rápida. Parecía que no tenía mucha dureza pero con el paso de los kilómetros los repechos costaban cada vez más. Se ha ido a palos desde el principio hasta que el Extremadura ha decidido controlar cuando se fue la fuga en la parte final. Luego mi equipo hizo un gran trabajo en los últimos kilómetros, y me han dejado casi en la línea de meta, en una posición perfecta para el sprint. No es una carrera que tuviese marcada especialmente, pero sé que se adaptaba a mis características y podía hacerlo bien. El año pasado ya hice tercero en la segunda etapa, así que sabía que iba a poder estar disputando. Mañana será otra historia, somos 7 y será muy difícil controlar la etapa, así que habrá que estar atentos a que no se nos vaya la carrera en ningún corte, ya que hay compañeros que también pueden estar ahí para la general. Saldremos a ver qué pasa, a verlas venir».