Como Imre Kertész logró volver del infierno de Auschwit, Jose Joaquín Rojas, sprinter de Movistar, ha logrado sobreponerse a la mala suerte y a las lesiones para conseguir, 774 días después, sentir lo que es batir a los rivales en una llegada masiva. En estos casos, donde el honor y la gloria quedan reservados única y exclusivamente al hombre que cruza la línea de meta en primera posición –a veces por un tubular, otras por tesón y esfuerzo– Rojas ha sido el más rápido.
El murciano sabe muy bien lo que es el esfuerzo. Basta con fijarse en su último triunfo hasta la fecha, que se remonta a la Vuelta al País Vasco de 2012, donde llegaba tras una espectacular caída en la Gante–Wevelgem que lo dejó con medio cuerpo magullado. Dos años después, con una fractura de escafoides, de clavícula, una fisura en el codo y demás percances a sus espaldas, el corredor de Movistar ha conseguido emerger de los infiernos y dar un golpe sobre la mesa, otorgando al equipo de la telefónica su decimocuarta victoria de la presente temporada, esta en las calles de Zamora.
La Vuelta a Castila y León daba el pistoletazo –o el banderazo de salida, siendo correctos– cuando pasaban tres minutos de la una de la tarde. Ciudad Rodrigo era testigo de la salida de los ciclistas, que tenían por delante 179 kilómetros hasta la llegada, situada en Zamora. Los primeros intentos de fga no tardaban en llegar, pero el pelotón parecía negar la intentona a los valientes que osaban desafiarlo. No sería hasta el kilómetro 19 cuando llegaría la arrancada buena, que juntaba a Juanjo Oroz (Burgos–BH), Matteo Belli y Matteo Gozzi (Nankang–Fondriest), Martin Reinert (Team Stuttgart), Gianluca Leonardi (Area Zero Pro Team), Matteo Busato(MG Kvis -Trevigiani)., Bernardo Suaza (4-72 Colombia) y Diego Rubio (Efapel–Glassdrive). Los ocho fugados serían los protagonistas de la etapa, en la que llegaron a tener una ventaja máxima de 3’45».
A 70 km a meta, los equipos de los sprinters comenzaron a endurecer el ritmo en el grupo con el objetivo de echar al fuga abajo y jugar sus cartas en una llegada masiva. De esta manera, Movistar, Caja Rural – Seguros RGA y el Team Differdange – Losch colocaron varios hombres en cabeza de pelotón. El cansancio se empezaba a notar en los ocho corredores que formaban la cabeza de carrera; Martin Reinert era el primero que renunciaba a seguir la lucha con el pelotón y era absorbido. Kilómetros después abandonaba la ronda castellanoleonesa, aquejado de unos problemas musculares que le impedirían llegar a Zamora.
El trabajo de Movistar veía sus frutos, a 45 de meta, los fugados eran testigos de como el pelotón frustraba sus opciones de victoria y eran neutralizados. Tres kilómetros antes se había producido una caída, con varios hombres del Burgos–BH y del 4-72 Colombia implicados.
En la subida al al Alto de Villalcampo de tercera categoría, puntuable para el maillot de la montaña, David Belda (Burgos–BH), Jon Larrinaga (Fundación Euskadi), Dmitry Sokolov (Lokosphinx), Gianluca Mengardo (Area Zero Pro Team) y Andrei Nechita (MG Kvis – Trevigiani). Poco duraría la fuga, ya que a 25 km serían absorbidos. Cinco después serian Jon Larrinaga y Nicola Dal Santo (Nankang–Fondriest) quienes desafiaran al pelotón. El italiano abriría camino, con Larrinaga, Evgeny Shalunov (Lokosphinx) y Luca Chirico (MG Kvis – Trevigiani) por detrás. Con el pelotón reagrupadao de nuevo, Kirill Sveshnikov (Lokosphinx) habría de dar el último susto al grupo. El ruso lo probó, pero sería cazado cinco kilómetros después.
Llegaba entonces la hora del sprint. Las miradas estaban puestas en Jose Joaquín Rojas, Carlos Barbero y Francesco Lasca, principalmente. Ya en las calles de Zamora, Rojas sería el primero en cruzar la línea de meta por delante de Sergey Shilov (Lokosphinx) y Carlos Barbero (Fundacion Euskadi).