No hemos sido ni uno ni dos los que hemos mirado incrédulos la clasificación general de la Paris-Niza, al comprobar que José Joaquín Rojas (Movistar Team) había terminado cuarto.
Tras una etapa llena de toboganes y la dura subida final al Col d’Èze, Rojas se encontraba en el grupo del líder junto a tres compañeros de equipo, con muchas opciones de subir al podio y de ganar la etapa.
Había arrancado la etapa en cuarta posición, a un solo segundo del tercer cajón del podio. Zdenek Stybar, el campeón del mundo de ciclocross, mantenía un segundo de ventaja sobre el murciano; que serían dos después de bonificar en el primer sprint intermedio. Pero la subida a Èze fue demasiado dura para él y pronto quedó completamente descartado. Matemáticamente Rojas estaba en el podio, y ahora sus rivales venían por detrás: Spilak (Katusha), a tan solo 12 segundos de José Joaquín, atacó y llegó a tener una renta superior a los 15 segundos; Fugslang (Astana) se dejó ver en cabeza durante toda la subida, y Arthur Vichot (Fdj.fr) bonificó en el segundo sprint intermedio un segundo.
La situación después de ese sprint intermedio dejaba a Vichot a tan solo 3 segundos de Rojas, que seguía estando virtualmente en el podio. En un hipotético sprint final tenía sin duda muchas papeletas, pese a que llegó a ceder del grupo de los mejores en la subida. Era el más rápido. Pero la fatiga no le permitió superar a Vichot, que ganó la etapa y bonificó de nuevo. Rojas terminó segundo, pero no pudo impedir que los 4 segundos más de bonificación y el segundo logrado en el sprint intermedio situaran al francés como legítimo tercer clasificado. El gran esfuerzo y la gran semana de competición no recompensaban a José Joaquín Rojas con el podio de una prueba World Tour como la Paris-Niza.
Pero más allá del lógico lamento por el infortunio, creo que debemos llevar a cabo una reflexión. Desde que se conoció el recorrido de la carrera, que por primera vez en casi 60 años no incluía una contrarreloj o prólogo, se especuló con los posibles aspirantes a la victoria. Rui Costa, Geraint Thomas, Betancur o Nibali mostraron desde el principio que iban a luchar por la carrera. Por su parte Rojas fue cosechando varios top-10 durante las primeras etapas, y con la llegada de finales más complicados o ascensiones de categoría se mostró muy regular, llegando a luchar por algunas etapas.
La lectura que podemos obtener de la fantástica semana del murciano es que, más allá de tener una buena punta de velocidad, ha mejorado y mucho cuando la carretera se empina. No podemos obviar que su victoria en el Campeonato de España de 2011 se consumó tras resistir un duro ataque de Contador en la última subida al Puerto del Desierto de Las Palmas, y batirle con facilidad en la meta de Castellón. O que durante el pasado Tour de Francia encabezó el pelotón poniendo ritmo durante al menos la primera gran ascensión. Pequeños ejemplos que soportan las conclusiones que podremos extraer al final de este artículo.
La memoria no me alcanza a recordar una sola llegada masiva en la que el equipo Movistar haya trabajado y preparado un sprint para Rojas. Tengo un vago recuerdo del Tour 2010, donde Luis León Sánchez se encargaba de intentar colocarle en la parte final. Pero poco más. Sin duda, y más en una prueba como el Tour, su equipo tiene unos objetivos muy claros y ni lleva corredores para ese tipo de trabajo ni quiere desgastar o exponer a los que están disputando la carrera a los riesgos de las llegadas masivas. Así las cosas, el murciano lleva consiguiendo puestos de honor a base de buscarse sus propias posibilidades y luchar codo con codo para ponerse a rueda de algún gran velocista.
Tampoco es que la suerte le haya acompañado mucho en ocasiones más favorables para él, cuando el pelotón es más reducido y los sprinters puros se descuelgan del grupo que disputa la etapa. Enganchones, mala colocación, quedarse encerrado… siempre encontraba un freno. No perdía, pero no podía ganar.
Retomando la Paris-Niza de este año, más allá de su colección de cuartos puestos, creo que tenemos que valorar y en el caso de sus directores deportivos analizar el cambio que se ha producido en el corredor. José Joaquín ya está recuperado de su caída a principio de temporada y además de colaborar para defender los intereses de sus compañeros, espero que el equipo le dé la opción de disputar carreras en las que el recorrido le sea favorable. Hemos encontrado el hábitat de Rojas. Hemos descubierto que su techo está muy alto, y sobre todo ahora estamos seguros de que puede alcanzarlo.