Quedé asombrado el día de Año Nuevo. Entre felicitaciones y deseos de un año mejor, cientos de tuits de diferentes medios de ciclismo sobre las nuevas equipaciones, los cambios de material ciclistas, fichajes posando con sus nuevos compañeros de equipo…
Si echamos un vistazo a la lista de equipos que formarán parte del pelotón esta temporada, encontramos muchos cambios. Lamentablemente, son muchos los patrocinadores e incluso equipos completos que han desaparecido. La propia división WorldTour ha visto cómo Euskaltel Euskadi o Vacansoleil-DCM cerraban sus puertas y dejaban un plantel de ciclistas de cierto caché en la calle.
Muchos de ellos han encontrado un equipo que, a costa de rebajar su ficha, le ha incorporado a su plantilla. Un verdadero chollo, ya que toda la fuerza de negociación residía en el equipo interesado y el ciclista, sin equipo y sin esperanza, sólo podía intentar que su contrato fuera al menos digno de su nivel.
No todo son alegrías, y la lista de ciclistas que han colgado la bicicleta esta temporada es sensiblemente más elevada que la de otros años. Veteranos como Egoi Martínez, fundamental en Euskaltel, no tienen cabida en otros equipos que solo buscan killers o en su defecto corredores con puntos que les ayuden a mantener la categoría.
Con todo esto, y pese a las críticas recibidas, Movistar o Astana han sido conjuntos que han dado una oportunidad a los corredores sin contrato. Los Izagirre o Westra son ejemplos de ello. Cierto es, como hemos comentado antes, que las condiciones de los fichajes y la situación del corredor, sin grandes perspectivas; han propiciado que el equipo pudiera contar con sus servicios a un precio inferior al que en circunstancias normales tendrían que haber pagado por él. Y aquí llega la pregunta que muchos de los ciclistas que se han encontrado en esta situación a buen seguro se han planteado: ¿Mejor seguir y apretarse el cinturón o mejor dejarlo y evitar tener que degradarse para encontrar un contrato?
La situación es muy complicada. No se puede obviar que un ciclista tiene una vida profesional muy limitada, y cuando queda una temporada sin equipo le es muy complicado mantener el nivel y volver. Por eso se puede comprender que hayan sido muchos los ciclistas de treinta y muchos que han decidido dejarlo si tenían la opción de dedicarse a otra cosa. Y por eso encontramos a muchos corredores que compaginan su vida ciclista con el estudio de una carrera. Del ciclismo muy pocos pueden vivir toda la vida.
En este aspecto, podemos comentar el caso de Francisco José Pacheco. El ciclista manchego ha puesto esta temporada fin a su carrera profesional para pasar a ser representante de una marca de ropa de ciclismo. De vestirla a venderla sólo hay un paso.
Muchos ciclistas han antepuesto las necesidades económicas a la cuantía de su nueva ficha o al equipo en el que han recaído. Aquellos que están pagando una hipoteca, que tienen una familia que mantener… se ven obligados a aceptar el primer contrato medianamente digno que les ofrezcan; o bien hacer las Américas (o «las Asias») para enrolarse en las filas de algún conjunto del Asia Tour o el America Tour. Otro calendario, otro nivel. Pero menos da una piedra.
Unos días antes de fin de año se anunciaban el fichaje de Juanjo Cobo por un equipo asiático. Juanjo ha pasado en Movistar dos años complicados, en los que no ha justificado su fichaje y ha dejado muy malas sensaciones. El cántabro ha estado desaparecido desde su victoria en la Vuelta 2011 y no ha vuelto a conseguir ningún resultado. Su salida de Movistar parecía inevitable y este año competirá junto a David de la Fuente en el conjunto continental Torku, uno de los mejores equipos del Asia Tour, pero también la escuadra en la que militaba el bombero Mustafa Sayar, a quien retiraran su victoria en el Tour of Turkey tras dar positivo.
Siempre los hay capaces de aguantar, de resistir el temporal y exigir un fichaje acorde a su nivel y resultados. Hablamos por ejemplo del caso de Chris Horner. El abuelo terminó contrato con RadioShack-Leopard y hasta la fecha no encuentra ningún equipo dispuesto a pagar el medio kilo que pide de ficha. Se ha comentado en múltiples medios que tal vez una rebaja de sueldo animaría a muchos equipos a incorporar a un ciclista que tiene en su haber el buen puñado de puntos UCI que otorga ganar la Vuelta a España.
Personalmente dudo de si es sólo el tema económico el que vuelve a las escuadras escépticas ante su fichaje, y no tienen también en la cabeza que no puede quedarle mucho gas al americano. Aunque visto su dominio en la Vuelta pasada, uno ya no sabe qué pensar.
No podemos dejar sin nombrar el caso de Samuel Sánchez. El ciclista asturiano continúa sin lograr un contrato y, tras la no salida del proyecto de Alonso, mucho tienen que cambiar las cosas para que el ciclista no pase la temporada sin competir, a la espera de ese prometido puesto de líder del equipo que formará el piloto de Fórmula 1 el año que viene. Hay que apuntar que Samuel estaba en una situación delicada, ya que si fichaba por otro equipo perdía la indemnización que le debía Euskaltel por el año de contrato que queda sin cumplir, así que pese a los miles de rumores que le llegaron a situar en el equipo de Alberto Contador, la realidad es que Samu sigue sin un contrato.
No lo digo yo, lo dicen los hechos. El ciclismo necesita de nuevos equipos y de nuevas inversiones. Es una desgracia que grandes ciclistas se vean obligados a dejarlo, y más lo es que muchos jóvenes talentos no encuentren opción para pasar a un equipo profesional aun habiendo demostrado que tienen nivel suficiente para competir con los mejores ciclistas del pelotón. Pero eso ya es otro tema.
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