Comenzábamos el año 2013 de la peor de las maneras. Después de varios meses de caso Armstrong, en enero presenciábamos la tan ansiada, por muchos, entrevista con Oprah Winfrey. En esa entrevista, el texano reconocía su macrodopaje durante toda su carrera deportiva y por tanto que su histórico registro del Tour había estado cosechado en la mentira más absoluta. Muchas reflexiones pudimos sacar de esta noticia. Casi un año después podríamos decir dos, una positiva y otra negativa. Empecemos por lo malo, y es que no es normal, y a mi parecer no es justo, que los medios se hicieran más eco de esta noticia que de todo lo demás acontecido durante el resto del año en el panorama ciclista. Por el otro, es que entre los verdaderos aficionados a este mundo, nada más que las bicicletas empezaron a rodar, lo de Lance quedo en una fea pesadilla de la que debemos aprender, pero cuanto antes olvidar.
Y eso es, las carreteras echaron a andar. En el otro lado del mundo las mayores estrellas de esto de dar pedales comenzaban ya en enero a hacer de las suyas. Por un lado, el WorldTour se inauguraba en Australia con el Tour Down Under donde Tom Slagter, de entonces conjunto neerlandés llamado Blanco, posteriormente Belkin, se hacía con la victoria por delante de un Javi Moreno (Movistar) que dejaba grandes sensaciones, y con un tercer protagonista, André Greipel (Lotto Belisol), que se hacía con tres de los seis parciales. Otra de las carreras que están captando mayor auge en los últimos tiempos se celebraba en estas fechas en Argentina, el Tour de San Luis donde Dani Díaz (San Luis Somos Todos) se llevaba el triunfo después de siete días por delante de nombres como van Garderen, Nibali, van den Broeck, o el propio Alberto Contador, que en su caso no volvía de vacío al hacerse con la sexta etapa con final en el Mirador del Sol. Este fue el único día en que, nunca mejor dicho, brilló el sol para el de Pinto, ya que en 2013 no volvería a apuntarse más victorias.
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