Hoy hemos hablado con otro de los corredores que han colaborado con nosotros este año, Beñat Txoperena. El corredor de Igantzi ha finalizado una temporada donde le hemos visto rayar a un gran nivel durante la mayor parte del año. El navarro afronta el difícil reto de dar el salto al profesionalismo ante un panorama muy complicado por la escasez de equipos que existen hoy en día en territorio español. Aún así Beñat no pierde la esperanza y sigue buscando, con él hemos hablado de su temporada: sus concentraciones, sus triunfos en suelo vasco, Campeonato de España, Vuelta a Madrid, la convocatoria para el Tour del Porvenir y más cosas como la situación que afronta actualmente él y todos los de su generación.
Has sido muy regular durante todo el año, con victorias, buenos puestos en carreras importantes… ¿Contento con tu temporada?
La verdad es que sí. No empecé mal, pero a mitad de marzo tuve un bajón impresionante después de hacer 3º en Estella en una dura carrera. Tuve que parar y no sé si fue por la alergia o algún virus, pero me sentía muy mal. Me recuperé y a partir de mayo-junio he ido bien hasta el final de temporada, sin ningún bajón.
Vamos a la primera cita importante, el Campeonato de España. Navarra tirando para neutralizar, tu te vas al suelo, solo se da cuenta un compañero pero consigues reintegrarte. Luego a palos con Mario hasta meta donde finalizas 2º. Ahora que has tenido tiempo de madurarlo. ¿Estas contento con el resultado o sigues pensando que esa carrera debió ser tuya?
Al principio tuve una pequeña desilusión, pero creo que hice una buena carrera. Fui bien preparado y tuve buen día. Fue una pena la caída, porque aparte de tener que empalmar haciendo un derroche de energía, rompí la bici y corrí con una que no tenía nada que ver con la mía. Es demasiado aventurado predecir lo que hubiera pasado sin la caída, y por eso no le doy más vueltas. Una medalla de plata también supo bien.
Luego demuestras que lo del Campeonato de España no fue casualidad, ganas en Mungia y llegas a Madrid, contra corredores de fuera de España, dónde finalizas 6.º. ¿Qué diferencias hay entre una carrera de nivel nacional y una de nivel internacional?
En Mungia anduve muy a gusto y creía que iba a ganar. Para ganar hay que creérselo y tener confianza. Fui a Madrid con la moral alta, y creo que hice una buena actuación. La verdad es que en Madrid tampoco noté mucho la diferencia, ya que la gran mayoría éramos los que corríamos normalmente, pero se fue bastante rápido y el terreno era duro.
Y victoria en San Roman con convocatoria para el Porvenir incluida. ¿Te esperabas la llamada de Momparler?
En Madrid ya me dijo que estaba contento conmigo. Después eran los Europeos y yo mismo le dije que tenía que descansar, que prefería que llevase a otros y no ponerle en un compromiso. Le comenté que quería hacer el Porvenir, y creo que a finales de julio o principios de agosto recibí la confirmación. Todo un sueño.
Estuviste también dos semanas en la Mongie entrenando para preparar el final de temporada. Obviamente allí vas con mucha ilusión pero, ¿se hace duro tanto tiempo allí?
Este año sí. También estuve el año pasado, pero siempre acompañado. Este año he estado 5 días solo, y se me hizo bastante pesado. Además en un día de fondo me pillo una tormenta impresionante, no podía estar encima de la bici. Ya llevaba 5 horas y estaba en Horquette d’Ancizan… Me rescataron unos australianos en un coche de alquiler (risas).
Luego en el Porvenir, el maldito pinchazo te dejó sin opciones, de todos modos gran actuación con Rubén a la cabeza de una selección muy unida. ¿Cómo fue la experiencia por Francia?
Aprendí muchísimo. Le tenía respeto, pero sabía que iba bien preparado y que tenía que ser uno más. El pinchazo fue realmente inoportuno, en el peor momento, pero contra eso poco se puede hacer. Estoy muy agradecido a Pascual por haberme llevado al Tour, la carrera más grande por etapas en la categoría sub23. Ganó Rubén, hicimos un buen trabajo todos, y es una experiencia para toda la vida.
Y el gran palo de la temporada, la no convocatoria para el mundial. ¿Cómo recibiste la noticia?
Yo creo que fue una desilusión, pero no el gran palo de la temporada. En un primer momento me lo tomé mal, porque creo que si hiciéramos balance del Porvenir debía haber estado. Pero al final es otra carrera, y el seleccionador tiene la última palabra. Pedrero también estaba muy bien y no fue.
Tras todo lo que ha acontecido este año. ¿Cuál ha sido el mejor momento de la temporada?
Agosto. En verano siempre voy mejor, pero este año cuando mejor me he encontrado ha sido en alguna etapa en Toledo, donde derroché fuerzas sin sentido (risas). Y también en Muxika, donde también tuve que gastar pero con buen resultado.
Y ahora te encuentras con la situación actual del ciclismo español, no hay equipos para pasar a profesionales. ¿Crees que esto hace que muchos jóvenes se decanten por los estudios en vez de seguir apostando por la bici?
Yo nunca dejé los estudios a un lado. De hecho, tengo la carrera de Ingeniería Técnica Industrial de Mecánica, sacada «al año». Tampoco la situación laboral es buena, así que todo el mundo está mal. La verdad es que da bastante pena no encontrar ni un equipo para seguir progresando.
En cuanto a ti. ¿Seguirías corriendo en élite o todo lo que no sea pasar a profesionales supondría colgar la bici?
Casi seguro seguiría, pero quiero gastar todas las balas para intentar ser profesional, porque creo que me lo merezco. Tengo buen curriculum, más de 25 top-10… Pero no hay oportunidades.