Marianne Vos. 26 años. 1,69 m. 52 kg. Campeona del mundo… por tercera vez. Con su juventud se queda a solo dos victorias mundialistas de Jeannie Longo. Sin duda, Marianne es la mejor ciclista de todos los tiempos. Porque no solo le da al asfalto. En el barro ha logrado ya seis campeonatos del mundo y en el velódromo otros dos. Hoy ha vuelto a demostrar por qué es grande el ciclismo. Sus exhibiciones no hacen aburrido este deporte, sino que lo engrandecen más aún.
La carrera de la Toscana empezó aburrida, por esa reciente manía de hacer un tramo llano antes de llegar al decisivo circuito, en el que, como es habitual, se decidió todo. En la aproximación a Florencia, las chicas de Estados Unidos comandadas por la reciente medalla de bronce en contrarreloj, Carmen Small, marcaban el ritmo de la carrera, que producía ya los primeros cortes en la parte trasera del gran grupo. Durante la primera ascensión a Fiesole llegó el momento fatídico, en el que las tres mujeres de la selección española perdieron contacto con el pelotón.
Con cuarenta corredoras en el pelotón, que había quedado reducido a «pelotín», Francesca Cauz (Italia) y Lucinda Brand (Países Bajos) se lanzaron al ataque durante el descenso de Via Salviati. Tiffany Cromwell (Australia), dando un recital de descenso llegó a rueda de ellas dos, para ponerle un punto más de ritmo a la carrera. Al tercer paso por línea de meta, esa escapada fue de nuevo neutralizada por el empuje de las estadounidenses.
Tatiana Antoshina (Rusia) lo probó tímidamente durante una nueva ascensión a Fiesole, pero su ataque no llegó a buen puerto. En la Via Salviati, la selección natural quedó definitivamente hecha. Tatiana Guderzo, Elisa Longo Borghini y Rossella Ratto (Italia); Marianne Vos y Anna van der Breggen (Países Bajos); Tatiana Guderzo; Emma Johansson (Suecia); Evelyn Stevens (Estados Unidos) y Tiffany Cromwell (Australia) eran las que aguantaban el ritmo, con alguna que otra haciendo la goma.
Todo quedó para la última vuelta, cuando Tatiana Antoshina (Rusia), Linda Villumsen (Nueva Zelanda) y Claudia Häusler (Alemania) consiguieron unirse al grupo de cabeza, por el parón producido en el mismo. Llegó la última subida a Fiesole, donde, como era previsible, Stevens se lanzó al ataque. Una insultante Anna van der Breggen respondía muy bien a los ataques de la norteamericana, con Vos siempre a rueda. Johansson y Ratto también aguantaban ahí a trancas y barrancas.
Llegó la definitiva ascensión a Via Salviati, donde una vez más Evie Stevens lo probó. Esta vez fue la propia Vos la que le respondió y no solo eso, sino que atacó. Marianne Vos dejó descolgada a la mejor escaladora del mundo… en una subida. Se lanzó en el descenso para ganar segundos y de ahí, camino a meta en «modo contrarreloj». Y lo logró. Con tiempo para celebrarlo, entró a meta. 15 segundos después, Johansson y Ratto se jugarían la plata, pero la sueca no encontró rival en la joven italiana. Eso sí, premio de consolación para Emma: acabar la temporada como ganadora del Ránking UCI, del CQRanking y de las clasificaciones de Pro Cycling Stats.
Entre las españolas no hubo una buena actuación. Anna Sanchis, tirando de garra, acabó la carrera en 46.ª posición; mientras que Ane Santesteban y Belén López no pudieron concluir la prueba.