El Premondiale Giro della Toscana-Memorial MIchela Fanini está dando muchísimo que hablar. Y no precisamente por la dureza de sus etapas, el espectáculo del recorrido o la gran cobertura informativa. No. Una vez más, la UCI tiene bastante culpa de lo que está pasando en tierras italianas. Pero evidentemente no toda la culpa.
Estamos hablando de la primera (y, por el momento, única) carrera de categoría .HC en el calendario femenino internacional. Y si esto sigue así, en 2014 bajará de categoría —confiamos en ello—. «Il Giro del traffico ed il caos», una carrera en la que tanto coches como ciclistas circulan a la vez por las mismas carreteras. Una carrera en la que los fotógrafos tienen derecho a provocar caídas en los esprines masivos. Una carrera en la que rara es la meta en la que no está el alcantarillado de por medio.
Se supone que debería ser la mejor carrera por etapas del mundo, o al menos así la designó la UCI, pero NADIE (no se nos han bloqueado las mayúsculas, iba a propósito) sabe todavía por qué. Las reacciones de las ciclistas en Twitter dejan muy clara la situación de esta carrera. Escribía Elisa Longo Borghini al finalizar la primera etapa: «El Giro della Toscana es una carrera.HC simplemente porque te deja sin palabras: tráfico abierto, coches en todas partes…». Y es que en esa primera jornada de competición, Orica-AIS tuvo que mandar a casa a una de sus corredoras, a Sungeun Gu, que tuvo un problema mecánico y no pudo volver a la carrera porque mientras cambiaba de bici ya había coches que hacían demasiado peligrosa su continuidad en la carrera, como contaba el director deportivo del equipo australiano.

Annemiek van Vleuten, uno de los buques insignia de Rabobank-Liv/Giant, tampoco se libró de esa mala suerte. En su página web, la excampeona neerlandesa en ruta contaba su aventura junto a Francesca Cauz para encontrar la línea de meta. Una moto de la organización las envió por el camino equivocado, por lo que tuvieron que hacer kilómetros y kilómetros a tráfico abierto. «No es la primera vez que pasa algo así en esta carrera», comentaba la buena de Annemiek. Y no, no es la primera vez que sucede. Las ciclistas españolas vivieron este caos en ediciones anteriores. Belén López también se quejaba de todo lo ocurrido, pero sin sorprenderle lo más mínimo.
Al término de la segunda etapa en línea, era Tiffany Cromwell la que vía Twitter ponía el grito en el cielo. La de Orica se quejaba de «otra etapa loca y agitada», en la que el objetivo era «esquivar el tráfico y mantenerse en vertical». Cuando una ciclista se alegra de «salir ilesa» de una carrera, no hay mucho motivo de felicidad, ¿no? Giada Borgato (Pasta Zara-Cogeas) también narraba los acontecimientos, hablando de «coches, baches y obstáculos por todas partes». Chloe Hosking (Hitec Products-UCK) fue otra de las damnificadas en esa etapa. En el esprín masivo, una cámara la mandó al suelo. Lizzie Armitstead (Boels Dolmans), campeona británica en línea, se alegraba de «haber sobrevivido a la etapa» y daba gracias de ello al casco.
Después de todo esto, ¿alguien en la UCI y en la Federación italiana se replanteará que no puede ser .HC una carrera como esta? Como dijo Sarah Connolly, una de las personas que más saben sobre ciclismo femenino en el mundo, que una carrera sea .HC no debe significar que «Hay Coches». Con todo esto, esperamos que alguien tenga cerebro y arregle las lamentables situaciones que se viven día a día en el ciclismo femenino.