Después de vivir durante tres días de muy cerca todo lo acontecido en la Vuelta a León son muchas las imágenes que pasan a retratar los momentos más importantes que han tenido lugar durante la prueba leonesa y que me sirven para resumirla a continuación:
En El Pelotón somos besucones
El jueves, 1 de agosto, junto a uno de los edificios míticos de la capital leonesa como Botines tenía lugar la presentación de los equipos que iban a disputar la Vuelta a León durante las siguientes tres jornadas. Nada fuera de lo normal. Equipos pasando por el podium, con alguna preguntita por parte del mítico speaker navarro, Juan María Guajardo, a alguno de los hombres importantes de cada una de las formaciones hasta que subió el Seguros Bilbao con nuestro Marcos Jurado a la cabeza. Guajardo animó a Marcos a pasar al podium, pero su error fue que lo hizo sólo. Sus compañeros le dejaron «vendido» (todo lo contrario a lo que pudimos luego ver en carrera), e instigado por Guajardo no le quedó mas remedio que presentarse a las cuatro azafatas que allí estaban. El rojo que se veía en alguna de las partes de su maillot apenas resaltaba con el que sobresalía de sus pómulos. ¡Olé Marcos, no pasa inadvertido ni en las presentaciones!
Comienzo de locos
15 kilómetros después de que comenzara la Vuelta a León en Tabuyo del Monte, los corredores se veían obligados a parar después de que hubieran salido a machete debido a un error de la organización/Guardia Civil y tomar la salida en dirección equivocada provocando con ello que de un plumazo se comieran los primeros 40 kilómetros de etapa (con el puerto del Lucillo incluido). Al final los ciclistas tuvieron que deshacer lo andado para volver al punto de salida y comenzar la etapa nuevamente una hora y veinte minutos después de que lo hubieran hecho por primera vez.
Peregrinos peculiares
En esa primera etapa los ciclistas cubrieron buena parte del Camino de Santiago que cruza la provincia leonesa. En concreto hicieron cerca de 70 kilómetros del Camino desde Astorga hasta la meta de Molinaseca. El punto álgido de esa etapa era el paso de Foncebadón, puerto de primera categoría, por el que deben pasar todos esos peregrinos que se dirigen a la capital compostelana y donde está uno de esos sitios mágicos del recorrido, la mítica Cruz de Hierro en la cima del puerto donde los caminantes se detienen y dejan en la base de la Cruz una piedra traída del camino. En esta ocasión los «peregrinos» en sus bicis no tuvieron mucho tiempo para pararse y lanzar ninguna piedra.
Llegó el podium final a Molinaseca
Apretadísimo final el que vivimos en la primera jornada de la Vuelta a León. Tres corredores llegaron destacados a la meta situada en Molinaseca para disputarse la victoria de etapa… y por lo que se pudo ver al final dilucidar el podium de la Vuelta a León. Jordi Simón de Coluer fue el más rápido y tres días después luciría el maillot de líder que le proclamaba como vencedor de la XXIV edición de la Vuelta a León.
Los colombianos conquistan León
La moda instaurada sobretodo en este año de ver a los colombianos en casi todos los podiums de la mejores carreras ciclistas internacionales también llego a León con el equipo 4-72 Colombia donde el año pasado estaba militando Nairo Quintana. No hubo un metro en las tres etapas donde no ofrecieran batalla. Estuvieron en todos los cortes. Pelearon todos los maillots. Y fueron los que pusieron en mayores aprietos al líder de la carrera. Al final no fue malo el botín que se llevaron de tierras leonesas. El maillot de la montaña con Diego Ochoa, fueron el mejor equipo de la ronda y además auparon a Ever Riveira al tercer escalón del podium. Para muestra un botón, en la imagen vemos uno de los muchos ataques que tuvo que sufrir Jordi Simón por parte de los colombianos para defender su liderato, en este caso por parte de su mayor rival Ever Riveira.
Afición leonesa
Que en León hay muchísima afición al ciclismo no es nada nuevo, de hecho en nuestro país se esta convirtiendo en un punto de referencia con la celebración de eventos como este año fue el Campeonato de España en Bembibre o el año que viene el Mundial en Ponferrada. Uno sabe bien que ahora en verano todos los días las carreteras de la provincia se ven infectadas de amantes a la bici que deciden emular a sus ídolos. Y aunque no pueda compararse con las subidas pirenaicas en el Tour o con las clásicas belgas, durante los tres días pudimos ver mucha gente animando el paso de lo ciclistas. En la llegada de la segunda etapa a Puente Almuhey era muy difícil encontrar un hueco para ver a los ciclistas. Muy importante el gran apoyo que brindaron a los ciclistas, que como dijo el último día Miguel Ángel Benito (Caja Rural), «son la chispita que nos puede faltar a nosotros».
«¡Tierra, trágame!»
Eso debió pensar el ciclista Merhawi Kudus del Centro Mundial de Ciclismo, donde militó también otro grande como Chris Froome. Restan 33 kilómetros para el final de la última etapa de la Vuelta a León. Hay mucho por decidir ya que en la general hay tres hombres en los tres primeros puestos con el mismo tiempo y el final de etapa es de locos con una rampa que precede a la línea de meta de Villaquilambre donde se llegan a alcanzar porcentajes muy superiores al 20%. Para que no pille de nuevas el final a ningún corredor, la organización muy acertadamente tiene previsto un primer paso por meta a falta de esos 33 kilómetros para que así los corredores conozcan el lugar donde se van a jugar las castañas. Pero al pobre Kudus nadie le debió contar que ese primer paso por meta no decidía absolutamente nada. El corredor eritreo, que era segundo en la general, vio la pancarta de meta y no se lo pensó dos veces se lanzó como un loco hacia ella pasando en primer lugar por ella, alzando los brazos pensando que había logrado la victoria de etapa y por consiguiente la victoria en la general de la Vuelta a León. Nada mas lejos de la realidad. En seguida, el resto de corredores le señalaron que siguiera pedaleando y que guardara fuerzas para el verdadero final que estaba aún por llegar.
Final agónico
Como decíamos la Vuelta a León se la iban a jugar tres corredores en las últimas durísimas rampas de Villaquilambre. El vencedor en la meta fue el corredor ruso Sergei Shilov y al final Jordi Simón pudo conservar su liderato para hacerse con la victoria en la general de la Vuelta a León 2013. Pero la imagen de ese esprín agónico la puso el segundo en la etapa, el leonés Jonathan González, buen conocedor de la terrible llegada. Para que nos hagamos una idea de los porcentajes que hablamos, fíjense que en la imagen el leonés del Construcciones Paulino (corredor que esprinta por la derecha de la calzada), al lanzarse como un loco a por la victoria y ante la gran pendiente sobre la que se encontraban, la bicicleta se le levantaba de manos como si de un caballo desbocado se tratase. ¡Qué espectáculo!