¿Qué podemos decir del murciano que no se sepa ya? Calidad a raudales, compromiso total con las carreras a las que se presenta y unas condiciones innatas para el ciclismo. Uno de los mejores corredores del pelotón y con un palmarés más que envidiable, aunque podría ser aún mayor. Entonces, reuniendo todas estas cualidades, ¿por qué nunca ha destacado el Tour de Francia? Sencillo. Clasicómano de nivel top, con varias clásicas de prestigio en su palmarés, junto con títulos naciones y medallas mundialistas. Siempre ha centrado sus esfuerzos en carreras de un día, pese a tener grandes cualidades y poder haber sido un grande en carreras de tres semanas. Nunca ha destacado pese al empeño de todo el mundo en ello. Todo el mundo salvo él. Cazaetapas, ratonero y luchador, pero que cuenta con una gran losa, su irregularidad y su facilidad para no leer situaciones de carrera.
Alejandro Valverde llega al Tour con un objetivo. Mejorar el sexto puesto que hasta el momento figura en su palmarés como mejor resultado en un Tour de Francia. Para ello ha trabajado duro a lo largo de la temporada, después de correr mucho. Comenzó en el calendario español, corriendo las clásicas mallorquinas, venciendo el Trofeo Serra de Tramuntana. Siguió con su paso triunfal venciendo la Vuelta a Andalucía, además de vencer en el prólogo y la etapa con final en Rincón del Victoria. Tras dominar el comienzo del calendario español, volvió a correr en Italia después de mucho tiempo, corriendo la Strade Bianche y la Róma Máxima sin grandes actuaciones. La mala fortuna se cebó con él en la Volta, cuando marchando líder, se cayó en la cuarta etapa y tuvo que abandonar. Dos podios en las Ardenas y sendos top-10 en las generales del Tour de Romandía y Critérium du Dauphiné, junto con una buena actuación en los campeonatos nacionales (quinto en la contrarreloj y sexto en la prueba en línea), completan su calendario hasta el Tour.
Varias son las etapas marcadas en rojo en la agenda de Alejandro. Etapas con finales ratoneros, con perfiles quebrados y llegadas en grupos reducidos, son la presa idónea para este cazador. Una grandísima punta de velocidad, la baza principal de Valverde para conseguir victorias. Aunque también es un gran escalador y sabe rematar en finales en alto y etapas de montaña con puertos no excesivamente duros. Pese a no ser un especialista, también se defiende con soltura en las cronos.
Para conseguir su propósito, el equipo telefónico pone a su disposición unauténtico equipazo, probablemente el mejor que Movistar ha llevado nunca a la ronda gala. Corredores de nivel top, como el portugués Rui Costa y sobretodo el colombiano Nairo Quintana, un corredor joven que está demostrando esta temporada que puede ser uno de los mejores y que, a no mucho tardar, puede vencer en Tour de Francia. Además, corredores como Andrey Amador, Jonathan Castroviejo o un renacido Rubén Plaza, gregarios de lujo para el líder murciano. Mucho ojo al equipo también en la contrarreloj por equipos, disciplina que el equipo ha preparado a conciencia y ha mejorado notablemente, venciendo incluso en la última disputada en el Giro de Italia.
Calidad, equipazo, confianza; mimbres de sobra para afrontar con total optimismo el Tour de Francia. Ahora es el turno de Alejandro Valverde para demostrar que está preparado para dar el salto y luchar por fin por la general del Tour.