«Es la demostración de que la cabeza es todo. Con la fuerza del grupo, con la fuerza de la mente, las ganas que tenía de confirmar que estaba de vuelta al nivel que me corresponde… La verdad es que el Galibier me ha resucitado. Me ha servido para encontrarme a mi mismo, para recuperar la confianza en mí y en mis opciones en carrera. Este es el Visconti que quiero ser, no el otro. Si hace unos días me dicen que iba a atacar en una subida como esta, no lo hubiera creído, pero como digo el poder de la mente lo cambia todo. Era un sueño ganar una etapa en un Giro y en tres días he conseguido dos.
Sabíamos que era una buena etapa para Ventoso o para mí, pero en la subida tenía buenas piernas y el corazón me pedía atacar. He visto que Lampre no tiraba a tope para que Pozzato aguantara y he visto mi oportunidad. He esperado a los dos últimos kilómetros porque sabía que la subida era menos dura y me he lanzado a por Rubiano y Di Luca. Si salía mal, quedaba ayudar después a Fran para la volata. Pero en el llano iba muy, muy fuerte, siempre a más de 50 kilómetros por hora y a 5 kilómetros de meta ya he sentido que la victoria era mía. Mi cara al cruzar la meta refleja cómo me siento. La victoria de hoy se la dedico a mi primo Ciro, que hoy estaba en meta y lo está pasando mal. Y a la familia y a este equipo, un gran grupo con el que estamos pasando un gran Giro dentro y fuera de las carreteras».
Prensa Movistar Team