Desde el 28 de enero al 2 de abril hemos tenido que aguantar esta tortura. Prácticamente con el Domingo de Resurrección ha llegado el final de esta Pasión ciclista, con 24 sesiones de por medio en las que hemos podido escuchar de todo. Eufemiano otorgándose el Premio Nobel por sus avances en el campo de la medicina y la pulcritud con la que realizó todas sus acciones. Belda y Saiz renunciando del doctor House. La propia hermana del médico renunciando también de él. Ciclistas comprometidos con la causa, relatando con pelos y señales cada una de las veces que se vieron con Fuentes, especialmente Jaksche y Hamilton, dando «total veracidad» a lo dicho anteriormente por su médico de cabecera. Otros que jamás habían tenido el placer de pasar un «ratejo» con el susodicho a pesar de haber sido vistos entrando en su piso (la edad para la memoria es muy mala). Médicos y más médicos, peritos y más peritos, expertos y más expertos pasando por la sala del Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid para reafirmar todo lo expuesto por Eufemiano y darle toda la credibilidad del mundo a sus palabras.
Conclusión: Eufemiano Fuentes se va a forrar con su libro. Motivo principal, la falta de nombres durante estos más de 2 meses de juicio, ya que la magistrada en todo momento se negó a que se pronunciara ni un solo nombre o apellido en su presencia, visto que no eran de vital importancia para la resolución del juicio. No olvidemos que aquí no se juzga una trama de dopaje, si no un delito contra la sanidad pública, y lo que realmente importa es el modo con el que se realizaron las diferentes operaciones dopantes, no a quién o para quién fueron realizadas.
Estas últimas semanas donde desde aquí no le hemos dado tanto eco como durante el comienzo del macro-juicio, se pasaron simplemente con los imputados mostrando sus diferentes informes en los que demostraban cada uno de ellos su inocencia única y personal, jamás echando un cable a ninguno de lo «compadres de banquillo» (muy del vestuario del Madrid). Y por otro lado, la Fiscalía y la Acusación Particular encabezada por el ex-ciclista Jesús Manzano desbaratando todos esos informes con los suyos propios, donde dejaban claramente demostrado la culpabilidad de los ya mencionados imputados.
En esta última sesión del martes pasado, cada uno de ellos fueron tomando la palabra para dar sus últimas reflexiones. En primer lugar apareció el ex-director de ONCE, Manolo Saiz, que en boca de su abogado, no hizo otra cosa que no defender su inocencia si no culpar a otros compañeros de gremio como Unzué o Riss, señalando que no entendía que hacía él en ese juicio y no lo hacían sus camaradas del Banesto o Telekom, cuando había quedado claramente demostrado que corredores suyos como Unai Osa o Ivan Basso habían sido pacientes del médico más famoso dentro de nuestras fronteras desde Emilio Aragón en «Médico de Familia». Algo muy parecido a lo hecho el día anterior por Vicente Belda.
El segundo protagonista fue el abogado de Eufemiano Fuentes, el cual también más que defender la inocencia, intentó paliar la condena, pidiendo a la juez que no fuera muy severa con su cliente ya que desde muchos frentes, tanto nacionales como internacionales, fuera del juicio se estaban pidiendo auténticas condenas ejemplares para Eufemiano, y recalcó en varias veces que ahí no se estaba dictaminando un caso para limpiar el deporte español o para acabar con el dopaje en el deporte.
La última en salir a la palestra fue Yolanda Fuentes, la hermanísima de Eufemiano, cuyo abogado afirmó varias cosas de las que muchos podríamos estar muy de acuerdo y que personalmente son frases que hago mías: «Le piden con demagogia que limpie el deporte, pero, ¿cómo?: retorciendo la ley, haciendo trampas en el solitario y le ponen esa responsabilidad», dijo. «Nos satisface la frase «soy español, ¿a qué quieres que te gane?», pero todos hemos mirado para otro lado, y luego cuando salimos en los guiñoles franceses, de la noche a la mañana se cambia el Código Penal y se hace el artículo 361 bis. Lo que le piden es que cambie la ley y eso es imposible porque si usted lo hace cualquier tribunal superior se lo va a revocar».
Finalmente fue Eufemiano el que personalmente tomó la palabra para señalar que él durante 35 años nunca había afectado a la salud de ninguno de sus pacientes (deberíamos recordar las palabras del corredor alemán Jaksche o del propio Manzano en las que hablaban de auténticos desmayos tras algunas de las sesiones con su doctorado).
Por lo tanto, después de 2 meses y 4 días, el juicio que más nos ha avergonzado al mundo del ciclismo y que esperemos sirva de un punto y aparte para empezar a hacer las cosas bien llegó a su fin. Dicen que de los errores se aprende, así que en éste, nuestro amado deporte ya se han cometido muchos y grandes errores, por lo que no nos quedará otra que ser los más sabios y listos… ¿del cementerio? Ojala que no sea así, y que de verdad demostremos que tenemos algo más que piernas para dar pedales y que nuestras cabezas estás perfectamente amuebladas para resurgir de nuestras cenizas y que el ciclismo vuelva al lugar que le corresponde. Ahora solo queda esperar y ver cual es la sentencia de la juez que ha dirigido estas 24 sesiones, y en su caso solo esperar que se haga justicia, no se muy bien cuál, pero que se haga.
THE END… O NO…