
Esta semana hemos vivido un hecho importante, que es la consagración de un estilo de ciclismo que hacía años no se veía en ciclismo con tanta autoridad, y es que ya es raro no ver un pelotón comandado por el equipo Sky en las carreras por etapas. Ya el año pasado en el Tour de Francia asistimos a un espectáculo del equipo británico, controlando de principio a fin la ronda gala, y protegiendo en todo momento al vencedor final, Bradley Wiggins. Además el escudero de Wiggins, el también británico Chris Froome se hizo con la segunda posición en la general, lo que demuestra el poderío del equipo, ya que salvo algún amago de Nibali, el líder nunca se vio solo en la carrera, de hecho en los último días de la competición el morbo de la carrera estuvo en ver si el discípulo superaba al maestro, discípulo al que en ocasiones se le vio más fuerte que el maestro, pero eso ya es pasado.

Hasta ahora el equipo ha trabajado con esa filosofía porque había un líder claramente definido, como Wiggins o Froome, pero esta semana en la edición de la Paris-Niza, el equipo ha mantenido ese estilo de correr con un líder a priori, menos fuerte como es el australiano Richie Porte. Hasta ahora el corredor aussie ha corrido con el equipo británico pocas carreras como líder y muchas como gregario de sus grandes líderes. Pero esta semana el australiano ha demostrado que da el nivel que requiere el equipo, haciendo al equipo trabajar y rematando con autoridad el trabajo de sus compañeros. En la etapa 3 aguantó en el grupo de los mejores, junto a su mejor socio en la carrera, David Lopez. En la etapa reina demostró su mayor madurez en la carretera que el líder hasta ese día, Andrew Talansky, lanzando un ataque en los últimos kilómetros que ningún oponente fue capaz de seguir. Tras ello la única complicación para el ya líder era la cronoescalada final, donde Porte demostró su gran golpe de pedal metiéndole 23″ a su rival en la general, Talansky.
En 2010 se destapó en Saxo con un sublime Giro de Italia, y tras un 2011 algo más flojo, llegó al conjunto inglés. Este año en Sky, tras la marcha de su paisano Rogers a Saxo, Richie debe tomar galones como bien ha hecho ya en esta primera prueba Pro Tour a la que ha acudido como líder en 2013. Tras ello Porte ha demostrado su valía, pero lo que le queda de ahora en adelante es muy probablemente ser el hombre de confianza o bien de Froome en el Tour, o bien de Wiggins en el Giro. Uno de los puntales del equipo que viene pisando fuerte y que a buen seguro si sigue con la progresión aspirará a liderar al equipo en las grandes citas.