La segunda jornada de los Campeonatos de España comenzó a las 10,30 con buen tiempo y cielo semidespejado y un airecillo que hacía prever que la lluvia no caería, como así fue hasta última hora de la mañana, con las féminas en liza.
Por lo tanto masters 50 y 60 corrieron sin agua, aunque con el circuito ya húmedo por la lluvia caída la noche anterior. Los ataques iniciales de Angel Arias y el mírico Jokin Mujika. El primero no se presentaba en su mejor momento “por culpa de una gripe. Si no llega a ser porque corría en casa, ni salgo”, mientras que el segundo, que esta temporada ha vuelto al barro tras 16 años, se caía dos veces en la zona técnica. De ello se aprovechaba un José Lorenzo Esteban muy sólido para ser campeón una década después. El madrileño Enrique Aguado y el mencionado Mujika completaban el podio.
Por detrás, color madrileño, aunque José Simaes tuvo que conformarse otro año más con la plata –cinco consecutivos- ante el empuje de un Borja Bergareche, nuevo este año en los circuitos, que reconocía que el triunfo “ha sido más fácil de lo que pensaba”.
Lo mismo comentaba curiosamente Marco Antonio Prieto, fácil ganador de la prueba de los 40, que se distanció desde la primera vuelta y se limitó a regular para llevarse su segundo oro en Navia tras el éxito de ayer en el relevo. “Sinceramente esperaba más competencia pero he querido salir fuerte para no tener problemas y me he visto solo delante. No he notado cansancio de ayer, pero si me noto fatigado de toda la temporada. Ha sido una gran guinda para un gran año”.
Daniel Lorca, una grata revelación, terminaba segundo, a 18”, “después de tener problemas con una mala salida y pasarme una vuelta remontando”, mientras que otro asturiano, Castor González, completaba el podio.
Ya por la tarde, y con lluvia, se disputaba la prueba de los masters 30, que fue la más igualada. Como comentaba el ganador, el cántabro Juan Carlos Gómez –cuñado de Tino Zaballa- “a todos nos interesaba ir en grupo lo más”. De esta manera, tras una salida fulgurante pero sin éxito de su paisano Sergio Sordo, se formaba un grupo de ocho corredores que se fue disgregando hasta quedarse en cuatro en la última vuelta: el mencionado Gómez, el madrileño Carlos Luengo, el gallego José Rodríguez y el ‘ex descender’ catalán Tommy Misser, para que en la última vuelta se produjera ya la ruptura.
Gómez entraba en solitario, con 5 segundos sobre Luengo y 11 sobre Rodriguez, Sordo –que llegó desde atrás, y Misser.
Prensa RFEC