Generalmente el ciclismo, como cualquier otro deporte, se mueve por modas, es decir hoy seguimos a Alberto Contador o Joaquim Rodríguez, pero apenas nos acordamos de los Abraham Olano, Julio Jiménez o Luis Ocaña, y el día de mañana de nuestras bocas saldrá el nombre de aquel que acapare mayor número de portadas. Solo en momentos puntuales o aquellos que ya podríamos considerarnos más “frikis” de este mundo de los pedales que nos apasiona, miramos al pasado y tiramos de hemeroteca para recordar las gestas de los que dejaron hace tiempo de sufrir en las carreteras.
En cambio lo que perdura con el paso del tiempo es eso mismo, lo que hace a esos grandes deportistas sufrir encima de sus bicicletas y eso son los grandes puertos, cuyos nombres pueden estar a al altura de cualquiera de los grandes ciclistas de la historia, o ¿no es el Alpe D´Huez tan conocido como el mismísimo Eddy Merckx o Los Lagos de Covadonga compiten en fama con hasta el gran Miguel Induráin? Es más, la mayoría de los amantes a este mundo se desplazan a vivir el paso de los ciclistas no por el nombre de los componentes del pelotón (que está claro que suma), si no que lo que concentra la expectación de miles y miles de aficionados es el lugar por donde pasa ese pelotón, y si no viajar con vuestra mente a cualquiera de los grandes puertos de Giro, Tour y Vuelta y pensar en esos pasillos humanos que se forman animando sin distinción, desde al dorsal número 1 hasta al dorsal 208.
Estos últimos años hemos visto como la más grande de las carreras por etapas como es el Tour de Francia programa su recorrido con el fin de homenajear a uno de los grandes colosos de su historia. Hasta ahí llega el significado de lo que suponen esos puertos, y así sucedió con el Tourmalet en la edición del 2010 para conmemorar el centenario del primer paso por el gran puerto pirenaico, como ocurrió en la pasada edición del 2011 con uno de sus homólogos alpinos, el Galibier.
En esta ocasión nuestra atención la centran dos de esos protagonistas, dos grandes nombres que apenas alcanzan la mayoría de edad, dos colosos que agolpan decenas de miles de aficionados en sus ascensiones y que centran la atención de millones de seguidores en todo el mundo cada vez que una carrera decide poner punto final en sus cimas. Estos dos nombres compiten en la actualidad por ostentar el título mundial de los Pesos Pesados del ciclismo. Ser el puerto más duro que se haya ascendido nunca en competición.
“Situado a su izquierda con calzón azul cielo y tatuada la Cruz de la Victoria en su pecho. Procedente del Concejo de Riosa, con una longitud total de 12,6 kilómetros, pendiente media del 10,04% y máximas del 24% en su Cueña Les Cabres, superando un desnivel de 1265 metros, siendo hasta en 5 ocasiones lugar de llegada en la Vuelta a España haciendo que corredores de la talla de Perico Delgado hayan dado gracias porque su descubrimiento fuera posterior a su retirada. El azote de don Pelayo y protector máximo de la Santina ¡¡EL ANGLIRU!!”
“Y sin demorarnos en el tiempo, a su derecha y con calzón verde, blanco y rojo, con apenas cuatro años menos que su adversario, procedente de los Alpes Cárnicos, muy próximo a la región por antonomasia del ciclismo italiano, Los Dolomitas. Con 2 vertientes a cual más terrorífica, y con unos números que hacen temblar a cualquier ciclista solo con escuchar susurrar su nombre, y es que en 10,5 kilómetros se superan 1210 metros de desnivel, en una media al 11,5% siendo su pendiente máxima al 22%. 4 veces la corsa rosa ha situado la meta en su cima y la gran mayoría de integrantes del pelotón esperan y desean que 4 veces sean las únicas veces que se haya ascendido ¡¡EL MONTEEEEE ZONCOLAN!!”
Una vez hechas las presentaciones, llega el momento de hacer sus apuestas, y ¿cuál es más duro? Yo no me decantaría por ninguna de las subidas. Veo claramente un empate a los puntos. Si es cierto, que el puerto italiano cuenta con 6 kilómetros centrales terroríficos que superan de media el 14%, pero no cuenta en ningún punto con una zona seguida tan escalofriante como la que va desde la curva Les Picones y finaliza al terminar la Cueña Les Cabres de El Angliru.
Por otro lado la expectación que levantan siempre ambos puertos en sus respectivas carreras es la misma. Con ello quiero decir que tanto en Giro como en Vuelta el día clave y que todos señalan en rojo, con los que se consiguen mayores datos de audiencia y que agolpa más aficionados en sus cunetas es el día de sus respectivas ascensiones.
Si nos vamos a los números, objetivamente el puerto transalpino ofrece unos registros mayores y es que contando con 2 kilómetros menos en su vertiente de Ovaro que el puerto asturiano casi se acumula el mismo desnivel. Pero no obstante en competición el Angliru ha marcado mayores diferencias entre los mejores que el Monte Zoncolan. La diferencia media que se ha marcado en el puerto español entre el primero y el segundo en pasar por la línea de meta es de 1:05, mientras que con el décimo ya superamos ampliamente los 3 minutos, mientras que con el situado en la región de Friuli-Venezia Giulia la diferencia entre el vencedor de la etapa y el siguiente corredor esta situada en 37 segundos, mientras que el décimo no superaría los 2 minutos y medio de retraso.
Pero son muchas más sus similitudes, los dos puertos nacieron como tal hace muy poquitos años. El Angliru como ya he dicho cuenta con 4 años más que el Monte Zoncolan, en concreto se ascendió por primera vez en 1999, mientras que la Magglia Rosa sufrió en las rampas del Zoncolan por primera vez en el 2003. El primero ha sido cabeza de cartel de Vuelta en 5 ocasiones, mientras que el segundo lo ha sido 4 veces del Giro, por lo que el número de veces que han centrado la atención mundial del ciclismo es practicamente similar. Las altitudes también son parecidas ya que el Angliru se sitúa a 1570 metros sobre el nivel del mar y el puerto italiano esta a 1750 metros (no varían ni los números, solo cambia ligeramente el orden).
Los grandes conquistadores de estas auténticas murallas han sido grandes nombres del mundo del ciclismo y en concreto todos ellos grandes escaladores que dejaron su huella e impronta en cada una de sus ascensiones. Curiosamente solo han sido españoles e italianos los que han sido capaces de escribir sus nombres en sus respectivas cimas, y es que en el caso del Angliru aparece “El Chava” en esa primera ascensión del 99’, que como hace poco recordamos en otro Cara a Cara, surgió de la nada entre la niebla para dejar con la miel en los labios a otro gran especialista de la montaña como era Pavel Tonkov. Al año siguiente en el 2000 volvió a ser protagonista la Viápara (zona de recreo que se encuentra en mitad del puerto y único descanso que hace recobrar el aliento a los ciclistas que hay en todo el puerto) congregando a miles y miles de aficionados en tienda de campaña esperando el paso de los héroes en bicicleta, y en este caso el rey del Olimpo fue el italiano Gilberto Simoni, y además esta ocasión sirvió para que Roberto Heras sentenciara la Vuelta de ese año en detrimento de Ángel Casero y para que marcará el menor tiempo de ascensión dejándolo en 41 minutos y 55 segundos, algo impresionante porque para la mayoría de los mortales su ascensión esta calculada en sobrepasar con creces la hora de ascensión. En el 2002, Roberto Heras si pudo hacerse con el cetro en la cima que lleva al Pico Gamonal, bajo una tromba de agua impresionante y que provocó la ruptura de los dos hombres del Kelme, Óscar Sevilla y Aitor González. Debido a las muchas quejas de los ciclistas hacia la organización por meterles en un puerto tan “inhumano”, El Angliru no volvió a incluirse en el recorrido de la Vuelta hasta el año 2008, donde el gran escalador de los últimos años demostró que realmente lo era, y Alberto Contador se hizo con la victoria en su cima dejando a todos sus rivales como Alejandro Valverde, Joaquim Rodríguez y Levi Leipheimer, además de hacerse ese día con el primer puesto de la general, lugar que no dejaría hasta llegar a la Castellana. Y la última ocasión en que se ascendió, fue el año pasado, en el año 2011 donde Juanjo Cobo se hizo con la victoria de etapa y con La Roja que mantendría hasta Madrid. Así que se podría decir que es un puerto decisivo para la general a pesar de que muchos quieran hacernos creer lo contrario.
En cuanto a la ascensión italiana, el primer y segundo vencedor llevó el mismo nombre Gilberto Simoni, que sumando la victoria de El Angliru, supone que en tres ocasiones ha sido el vencedor en las que sin ningún género de dudas son las dos ascensiones más duras que existe en el calendario ciclista profesional. ¡Ésto sí que es un triplete! Con esas 2 primeras victorias en el año 2003 y año 2007, la primera por la vertiente de Sutrio (menos dura) y la segunda ya en su mayúscula vertiente de Ovaro (la cual ha sido ya la protagonista en todas sus subidas que se han hecho a posteriori), consiguió que al Monte Zoncolan se le apodara con el sobrenombre de Cima Simoni. En el año 2010, el triunfador fue Iván Basso, a la postre portador de la Magglia Rosa en Milán. Y el último año en que se ascendió, al igual que El Angliru, fue el pasado 2011, donde un bilbaíno llevó el naranja de su maillot a lo más alto de Italia, Igor Antón, dejándonos la preciosa imagen de la lucha constante entre Alberto Contador, de rosa, y él con unos 50 metros de ventaja durante gran parte de la ascensión. ¡Impresionante!
Con todos estos datos, ¿podríamos de verdad decantarnos por alguno? Lo que sí está claro es que por muy jóvenes que sean estos puertos, su nombre ya tiene la categoría de los grandes puertos de esa carrera. Nadie se lleva las manos a la cabeza cuando comparamos al Angliru con los Lagos o al Monte Zoncolan con el Mortirolo.
Pero su fuerza va mucho más allá del profesionalismo. Estas dos cimas se han convertido en templo de culto para los amantes de la bicicleta y todos los años cientos de miles de aficionados anónimos luchan en sus extraordinarias rampas por el mero hecho de la satisfacción personal de haber podido a uno de los mayores retos de cualquier ciclista y a uno de los mayores íconos del ciclismo actual. ¡Todos ellos sí que son héroes de verdad!
Monte Zoncolan y Angliru. Angliru y Monte Zoncolan. PROTAGONISTAS con mayúsculas del ciclismo y referentes para sus carreras. Ya se puede leer alguna página en el gran libro de la historia del ciclismo en la que ellos son las figuras principales, pero son muy pocas con las muchas que les quedan a ambos por escribir.
Amante de todo lo que supone el ciclismo. Una frase: "Sin sacrificio, no hay victoria" y eso es este deporte. "Desconocidos" como el ciclismo amateur o el ciclocross me enamoran
5 Comentarios
para mi es mas duro el angliru,les cunes des cabres ese tramo ,es bestial ,quizas los metros mas terrorificos que un ciclista puede ascender,impresionante.
Tengo la suerte de haber subido los dos, y lo que puedo decir es que, lo más duro del Angliru es más duro que lo más duro del Zoncolán, pero lo menos duro del Zoncolán es más duro que lo menos duro del Angliru.
Si bien el Angliru tiene zonas por encima del 20%, también tiene zona más humanas al 10% donde poder guardar y recuperar. En Cambio el Zoncolán es más constante en dureza y los «descansos» son casi inexistente, por lo que el esfuerzo continuado es mayor.
Quiero puntualizar que del Angliru me refiero a partir del Viapará, y del Zoncolán en sus kilómetros centrales.
En ambos se sufre mucho, pero….. siempre quieres volver.
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para mi es mas duro el angliru,les cunes des cabres ese tramo ,es bestial ,quizas los metros mas terrorificos que un ciclista puede ascender,impresionante.
No he subido el Zocolán pero doy fé que ese tramo es terrorífico, haciendo eses a 3,5 kh.
Tengo la suerte de haber subido los dos, y lo que puedo decir es que, lo más duro del Angliru es más duro que lo más duro del Zoncolán, pero lo menos duro del Zoncolán es más duro que lo menos duro del Angliru.
Si bien el Angliru tiene zonas por encima del 20%, también tiene zona más humanas al 10% donde poder guardar y recuperar. En Cambio el Zoncolán es más constante en dureza y los «descansos» son casi inexistente, por lo que el esfuerzo continuado es mayor.
Quiero puntualizar que del Angliru me refiero a partir del Viapará, y del Zoncolán en sus kilómetros centrales.
En ambos se sufre mucho, pero….. siempre quieres volver.