Desilusionante para el aficionado medio, más para el local y, sin duda, especialmente para él mismo, la ausencia de Zdeněk Štybar deja un hueco irremplazable para la selección de casa. Sin él, la hercúlea tarea de intentar retener el jersey arcoíris en espaldas checas recaerá principalmente en Martin Bína. Discreto a lo largo de la presente campaña, a lo largo de las últimas semanas ha ido dejando tímidos destellos que a apuntan a que su mejor versión podría estar acercándose. Capaz de lo mejor y de lo peor, si tiene el día agraciado y la nieve –terreno en el que es un auténtico especialista– se mantiene, podría dar la improbable gran campanada.
Del otrora figura mundial Radomír Šimůnek no cabe esperar demasiado. Resultados pobrísimos jalonan una campaña en la que solo recientemente ha ofrecido mínimos retazos de la calidad que se presupone. Una lejana esperanza a la que se aferrará en busca de un casi utópico top 10, el máximo objetivo realista al que parece aspirar. Michael Boros, Tomáš Paprstka, Lubomír Petruš y Vladimír Kizivát completan la escuadra con motivación máxima y un recorrido favorable, pero sin excesivas aspiraciones.
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Por @kapelmuur29