Cuando hablamos del Giant – Shimano se nos viene a la mente, casi de forma automática, como si de un acto reflejo, los nombres de Marcel Kittel y John Degenkolb. Los alemanes han ejercido de auténticos líderes de la escuadra de Iwan Spekenbrink. El equipo neerlandés logró «solo» 30 victorias en el 2013, pero qué 30 victorias. Con una filosofía muy clara, la de dar cabida en el mundo profesional a los valores que destacan en categorías inferiores, Argos – Shimano destapó a jóvenes corredores que llegan con ganas de comerse el mundo. El primero de todos fue Nikias Arndt, que logró ganar en la tercera etapa de la Arctic Race of Norway. Warren Barguil no tuvo reparo y estalló en uno de los mejores escenarios posibles, la Vuelta a España. Doble ganador de etapa para todo un debutante, el corredor francés de 22 años se convirtió de esta manera en una de las grandes promesas del ciclismo galo, junto a Thibaut Pinot. Así mismo, Warren Barguil se llevaba a casa el maillot de jóvenes en Dauphiné y en el Bayern- Rundfahrt. Una de las grandes promesas del ciclismo sudafricano, que venía de ejercer una «dictadura» en el World Tour Africano de la mano del MTN-Qhubeka, Reinardt Janse van Rensburg vencía en la Binche-Chimay-Binche. La inagotable cantera eslovena nos volvió a dar prueba de un nuevo diamante en bruto, que puliéndolo con cuidado puede llegar a figura mundial: Luka Mezgec no quiso desprovechar la oportunidad que le brindó Iwan Spekenbrink y se llevó la última etapa del año, dentro del Tour of Beijing.
Junto a las primeras incursiones de estos corredores, y sin contar las cosechadas por los alemanes Kittel y Degenkolb, pocos son los corredores que han brillado en 2013. François Parisien ganaba en la llegada de la Volta a Lérida, mientras que Bert de Backer en la Grote Prijs Jef Scherens – Rondom Leuven. Las restantes victorias se las repartieron entre Marcel Kittel (16) y John Degenkolb (6). Si empezamos por este último, siempre a la sombra de Mark Cavendish en el HTC-Highoad, ha dado un gran paso en su carrera, al consolidarse como uno de los mejores sprinters del panorama internacional. Sus cinco victorias en La Vuelta 2012 aún siguen siendo su mayor hito, aunque este año ha sumado varios triunfos de mucho prestigio: una etapa en el Giro de Italia, donde, con la ausencia de Kittel, fue el único referente en las llegadas masivas del equipo neerlandés; la Vattenfall Cyclassics, dos etapas en el Tour de l’Eurométropole y dos de las clásicas por excelencia del otoño, la Paris-Bourges y la Paris-Tours. Respecto al otro alemán, Marcel Kittel, faltan calificativos. Contando tan solo 25 primaveras, todo el mundo contaba con que las piernas del bávaro funcionaban, pero quizás no tanto: 16 veces cruzó la línea de meta en primera posición. En Omán fue de los pocos que logró privar a Peter Sagan de ganar todas las etapas, pero a partir de su victoria en la Paris-Nice desató todo su potencial: se llevó la Scheldeprijs y tres etapas del Tour of Turkey, el Tour de Picardie junto a dos victorias parciales, la Garmin ProRace Berlin y una etapa en el Ster ZLM Toer GP Jan van Heeswijk. Estaba desbocado. Carrera que disputaba, carrera que no dejaba títere con cabeza en las llegadas al sprint.
Y llegó el Tour de Francia. La prueba con más magia del mundo. La carrera más prestigiosa de la historia, donde se han forjado las mayores leyendas de las dos ruedas, donde explotó Sagan y corredores como Cavendish y Greipel tienen marcado en rojo. Fue como coser y cantar para Kittel. Parecía que el alemán tenía siempre un golpe más de pedal que el británico, considerado el mejor del mundo, y que el alemán, que posee uno de los mejores trenes inferiores del pelotón. La primera etapa, con final en Bastia, lo encumbró como un corredor a tener muy en cuenta por los gallitos del pelotón, que veían como el alemán se llevaba el triunfo y el primer maillot amarillo de Le Grande Boucle 2013. En Montpellier rozó el triunfo, donde terminó cuarto. Pero a partir de ese día, etapa que disputaba el sprint, etapa que ganaba, ante el asombro de los aficionados. La segunda fue en Saint-Malo batiendo a Greipel, la tercera en una localidad histórica del Tour de Francia como lo es Tours, y batiendo a Cavendish, y la cuarta, quizás la mejor, la más cargada de sentimiento, la que hizo que muchos enamorados de este deporte nos preguntásemos si había un nuevo rey de la velocidad, la más difícil. Marcel Kittel batía a dos colosos como Cavendish y Greipel en los Campos Elíseos. Imposible terminar mejor un Tour de Francia inolvidable para el alemán y para su equipo.
Vistos los buenos resultados que han obtenido, Iwan Spekenbrink ha decidido realizar solo cinco nuevas incorporaciones: desde Estados Unidos llega Lawson Craddock, una de las mayores promesas del ciclismo norteamericano, Dries Devenyns procede de Omega Pharma-Quick Step y aportará trabajo y sacrificio, así como el jovencísimo corredor neerlandés Daan Olivier, que cuenta tan solo 21 primaveras, tratará de darse a conocer en el panorama internacional. Chad Haga es otro de los fichajes, junto al malayo Sea Keong Loh, reciente ganador de la Jelajah Malaysia, una vuelta ciclista de categoría 2.2 que cuenta con siete etapas y es celebrada cada año en Malasia.
Con una filosofía definida, si Kittel y Degenkolb mantienen el ritmo, con Barguil, Mezgec y Van Rensburg en continua progresión hacia arriba y el trabajo del resto, el 2014 se presenta de manera inmejorable para el Giant -Shimano.
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