Una parte de mi no quería incluir esta prueba entre los mejores momentos del año, lo reconozco. No quería porque el ganador de la prueba, Luca Paolini, dio positivo por cocaína en el Tour de Francia y todas sus actuaciones previas a la carrera francesa han sido, obviamente, puestas en duda. No obstante, no he podido obviar que la Gante-Wevelgem fue un espectáculo ciclista como pocos he visto. La incesante lluvia, las gélidas temperaturas que apenas superaban los cero grados, el fortísimo viento que levantaba, literalmente, a los corredores de sus bicicletas y, por supuesto, los propios ciclistas que, embarrados y mojados, lucharon por completar los 240 kilómetros de la prueba, hicieron de la Gante-Wevelgem una de las mejores carreras del año, sino la mejor. Fue una vuelta al ciclismo clásico, a un ciclismo de otra época.
La carrera comenzó a decidirse a 70 kilómetros para el final. Terpstra, Vandenbergh, Thomas, Oss, Vanmarcke, Paolini y Debusschere saltaron del pelotón, y en pocos kilómetros lograron varios minutos de ventaja que ya no perderían. Por delante, sólo rodaba Roelandts. El belga, escapado desde el kilómetro 80, aguantó su ventaja hasta los últimos 20 kilómetros, momento en el que sus perseguidores, complementados a la perfección hasta entonces, comenzaron a atacarse. Geraint Thomas, que pese haber sufrido una caída espectacular (no hay un adjetivo que describa mejor la caída del británico) kilómetros antes, se mostraba pletórico; Terpstra, el más activo del grupo, no consiguió dejar de rueda al ciclista del Sky, que salía con mucha facilidad a todos los ataques que se producían. Sin embargo, a falta de 6 kilómetros, Paolini atacó y Thomas, esta vez, no salió. El italiano, curtido en mil batallas, vio a la perfección como surgían dudas entre sus perseguidores y aprovechó para abrir hueco. Cuando Terpstra quiso reaccionar, ya era tarde; el italiano había cogido mucho metros de ventaja. Paolini recorrió en solitario los últimos 5 kilómetros y tuvo tiempo para celebrar en solitario la victoria en la clásica más espectacular que se ha visto en mucho, mucho tiempo. Terpstra y Thomas, siempre valientes y combativos, acompañaron al ciclista del Katusha en el podio.
6:20:55 (37 Km/h) tardó Paolini en completar los 240 kilómetros de la carrera. Sólo 39 ciclistas de los más de 200 que tomaron la salida consiguieron acabar. Los datos hablan por si solos de la dureza que tuvo la 78º edición de la Gante-Wevelgem. A continuación, les dejo las últimas dos horas y media de carrera. Podría ponerles un resumen pero, de verdad, merece la pena ver la transmisión completa de la carrera. Puro ciclismo.