El Grand Prix la Marseillaise ha supuesto el comienzo de un sueño para el vallisoletano Fernando Grijalba. Más conocido como Nano, su primera experiencia no ha podido ser plenamente satisfactoria, ya que no ha podido terminar la prueba. Una avería mecánica de su compañero de equipo Ángel Madrazo, a quien le ha prestado su rueda, ha puesto fin a su primer día de competición en profesionales.
A pesar de sus escasos 23 años, el nombre de Grijalba es conocido por los seguidores del ciclismo base desde hace varias temporadas. Su época junior, en un Cafés Gometero arrollador, ya mostraba los primeros credenciales hacia un futuro prometedor. Y es que en el conjunto burgalés compartió equipo con nombres conocidos como Efrén Carazo, Juan Carlos Riutort o Carlos Barbero. Campeón de España contra el crono y un meritorio 13.º en el mundial en ruta de Moscú, hablaban de un buen proyecto de futuro.
En 2010, Grijalba fue uno de los fichajes más esperanzadores del Naturgas Energía. Le tocaba ratificar el nombre labrado en categoría juvenil, y sus resultados hablan por sí solos; Estella, Laukiz, Ereño u Oñati le vieron levantar los brazos durante su estancia en el conjunto energético. Éxitos que llamaban la atención de la formación navarra, cambiando en 2012 sus prendas al color verde, ese color que le ha permitido debutar y verse en el lugar donde todo niño busca llegar. Su trayectoria ascendente y sus logros han contribuido a que los mandatarios del equipo hayan tomado la decisión de que pase a formar parte del Caja Rural – Seguros RGA.
Hoy, Nano se ha hecho mayor. Después de aprobar la selectividad con nota, con su triunfo en la Copa de España, le espera la universidad del ciclismo. Sacarse el título no será fácil, pero va camino de conseguirlo.