16:20 del 2 de Agosto de 2013. Estamos en la localidad leonesa de Tabuyo del Monte y más de uno en el pueblo estaría pensando si tanto le estaría afectando el calor este verano porque no podía ser que en poco más de una hora hubiera visto dos veces la misma salida de una prueba ciclista.
Una hora y veinte minutos antes. Estábamos ante el mismo panorama. Plaza del pueblo donde los corredores habían hecho el control de firmas. Corte de cinta habitual con organizadores y alcalde del pueblo y en marcha. Salida neutralizada dando una vuelta al pueblo, siguiendo las indicaciones de las flechas puestas en señales por parte de la organización. Se sale ya del pueblo y por fin comienza la XXIV Vuelta a León. Y vaya cómo empiezan los ciclistas que aprovechan lo fuerte que sopla el viento para salir dándolo todo. Apenas 5 kilómetros y ya va la carrera rota pero ajenos a la carrera estaba teniendo lugar una discusión un tanto peculiar.
Minutos antes, desde el coche de prensa se informaba a alguien de la organización que se pensaba que la carrera no estaba yendo por donde figuraba en el itinerario. A continuación se hizo lo mismo con un motorista de
Organizadores, Director de Carrera y Sargento de la Guardia Civil entrecruzando conversaciones que no estaban haciendo más que alejar aún más la carrera de su verdadera ruta. Al paso de Destriana la cosa ya se vio totalmente fuera de sitio, ya que en el cruce de carreteras no habían cortado la carretera como se tenía previsto. ¿Dónde estarían aquellos que tendrían que hacerlo? Supongo que tomando un café. Lógico y normal se suponía que el paso de la carrera era una hora después. Este ya fue el momento de poner un poco de cordura y se decidió parar la carrera. Sí, sí, como oyen, o mejor dicho como lo leen. Se paró la carrera. En mitad de una recta a la salida de Destriana con tierras de cultivo de secano a ambos lados quedaron los ciclistas parados, bajados de sus bicis a la espera de que les dijeran que hacer.
Momento de dudas. Seguir desde ahí. Volver a atrás y empezar de nuevo. Cambiar el itinerario sobre la marcha… Pero lo más importante, ¿qué había
Ni más ni menos eso fue lo que sucedió. Como por un despiste puede tener lugar un hecho cuanto menos peculiar por no decir histórico, ya que no es nada habitual ver un suceso así, que acabe desencadenando que los corredores tuvieran que deshacer esos 15 kilómetros hecho para volver a tomar la salida en Tabuyo del Monte. Esta vez sin cortes de cinta y con mucho más cuidado de ver bien las señales, y comiéndose unos 30 kilómetros de la etapa inicial con el consiguiente cabreo de los pueblos que tenían previsto que ese día pasara por allí la Vuelta y que finalmente sólo vieron pasar a Pepín con su bicicleta como todos los días camino de su huerta.
Al llegar a meta conversábamos brevemente con Rubén Martínez del Caja Rural Seguro-RGA (por cierto stagiaire con los mayores), que se había metido en la escapada y que había sido claro protagonista de la etapa dándolo todo por su compañero Miguel Ángel Benito y nos decía al respecto “¿Qué vamos a hacer? Pues apechugar. No hay otra. La verdad que no dábamos crédito pero no quedan más narices de volver a empezar de cero y a darlo todo otra vez”. Y realmente eso es con lo que me quedo. En la segunda salida las caritas de los
Quedémonos con que lo de ayer servirá para que dentro de unos años aquellos que vivimos este hecho nos servirá para contar una “batallita” más al calor de un café y una buen partida de cartas, porque la carrera siguió sin ningún tipo de problema. Esta claro que también en el ciclismo, “THE SHOW MUST GO ON”.