«La presión ha desaparecido para nosotros ahora que hemos ganado una etapa del Tour de Francia. Hubiera estado genial ganar ayer, pero que no hay que subestimar los esfuerzos necesarios para hacerse con una etapa en esta carrera. Cada año, hay que echar el resto para lograrlo. Y este equipo ha sido construido con ese objetivo. Además, Michal Kwiatkowski ha hecho un trabajo espléndido: luce el maillot blanco al tiempo que desempeña su papel de compañero de equipo, pues todos estamos llamados a colaborar en los sprints.
Esta mañana no me sentía muy bien pero cuando los demás se entregan de esta forma es importante recompensar los esfuerzos. Es una motivación adicional pensar que hay que pelear por este motivo. Cuando he visto que nos adentrábamos en la ascensión del puerto de la Gineste, he recordado que ya había estado aquí hace varios años, en el Grand Prix La Marseillaise, mi primera carrera profesional. Entonces fue Jérémy Hunt quien se hizo con la victoria y recuerdo haber pensado ‘si él puede conseguirlo, también yo debería poder hacerlo’.
Con Geert Steegmans, prácticamente no he tenido que hacer nada hoy. Me he pegado a su rueda toda la jornada, protegido del viento. Ha permanecido a mi lado durante la última ascensión y después, en el tramo final, ha sido tan rápido cuando rodaba a su rueda que no he tenido necesidad de acelerar. Me he limitado a mantener el ritmo durante los últimos 250 metros. Ese es mi trabajo en el Omega: ganar etapas. Precisamente lo que hemos hecho hoy.»
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