La historia de Cameron Wurf es la historia de un hombre inquieto. A sus 29 años, el corredor australiano ya ha estado en siete equipos distintos en busca de la gloria. Antes de ser ciclista, Wurf fue remero, llegando a participar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en la modalidad de Doble Scull ligero.
Será por ese espíritu aventurero y por la cercanía del mar, lo que incitó al corredor del Cannondale a probar suerte en la jornada inagural del Giro de Italia. El de Tasmania se escapó en los primeros compases de la primera jornada, con salida y llegada en Nápoles. Un apacible paseo por la ciudad de la región de Campania.
El empeño de los organizadores de las grandes vueltas por colocar anodinos circuitos, con trazados prácticamente llanos, convierte estas etapas en meros itinerarios donde la única finalidad parece ser la de hacer turismo por la ciudad en cuestión, mostrándonos sus encantos con todo detalle.
Así, la jornada transcurrió sin más sobresaltos que las andanzas del intrépido Wurf, en busca de un imposible: la etapa estaba condenada al esprint desde el primer momento. La atención se centraba en Mark Cavendish, amo y señor de la ‘volata’, y en si alguno de los velocistas sería capaz de plantarle cara en el esprint final.
A 18 kilómetros de la meta, la aventura del atrevido Wurf llegó a su fin, devorado por un pelotón donde los equipos de los esprinters marcaban el ritmo. Omega Pharma, Lampre y Sky llevaban al grupo a toda velocidad, provocando una caída sin grandes consecuencias en los últimos kilómetros de la etapa.
El percance no cortó a la gran mayoría de los hombres rápidos, pero sí dejó a Cavendish sin compañeros. El ciclista más rápido del planeta iba a tener que ingeniárselas sin ayuda para llevarse el triunfo. Sin embargo, el británico no se arrugó y se envalentonó para batir a Viviani y Bouhanni en los metros finales de un disputado sprint.
Es la 11ª victoria del hombre de la isla de Man en el Giro de Italia y la 37ª en una gran vuelta, que le otorga la primera ‘maglia rossa’ de la carrera. Una prenda que intentará defender juntos a sus compañeros en la contrarreloj por equipos de 17,4 kilómetros, que tendrá lugar este domingo en la isla de Isquia.