El polaco Michal Kwiatkowski ha logrado a sus 24 años la mayor hazaña de su corta pero intensa carrera deportiva. Ponferrada ha sido testigo de una exhibición de poderío del corredor de Omega Pharma, que ha basado su ataque en el realizado por el noruego Sven Erik Bystrøm en la prueba sub-23. «En esa prueba vi cómo se podía sorprender al gran grupo, y cómo no soy demasiado rápido tenía que intentarlo. Aún así no tenía planeado atacar en ese punto exacto, pero viendo la incertidumbre creada por las condiciones climatológicas, decidí a atacar».
Michal puso a su selección a trabajar pronto en carrera, Polonia fue la primera en imprimir ritmo serio al pelotón. «Mis compañeros me han ayudado mucho, han hecho que pueda ir relajado gran parte de la carrera. Me he sentido arropado y gracias a ellos he podido conseguir esta victoria». Tras ese primer acelerón polaco, otras selecciones endurecieron la carrera hasta que Kwiatkowski decidió en el penúltimo repecho poner tierra de por medio. Kwiatkowski enlazó con Tony Martin, su compañero de equipo -que no de selección-, que le sirvió de apoyo en el descenso. «Tony es un gran bajador y en cierto modo me ha ayudado ya que la bajada era complicada». Abrió un pequeño hueco que supo mantener hasta meta. «Me giraba y los veía, tuve que darlo todo hasta meta». En efecto el estado de forma del polaco ha quedado patente. «Tras una gran primera parte de la temporada, llegué algo cansado al Tour. Hablé con mi equipo y decidimos preparar bien el final de año». Con el mundial en el bolsillo, ahora Kwiatko apunta a Lombardía.
Foto: Javier Lizón – EFE