Alberto Contador llega al Tour en un estado de forma que no se recordaba desde hace años. Tras su irregular rendimiento en 2011, su ausencia en 2012 por sanción, y su cuarto puesto en 2013; es la primera vez desde 2010 que la preparación y resultados a principio de temporada son los acordes a su nivel, y nos pueden hacer pensar que este año levantará los brazos en el podium de París.
Sus triunfos en la Vuelta al País Vasco, la Tirreno Adriático y su segundo puesto en Dauphiné son la clara muestra de la extraordinaria preparación que el ciclista madrileño ha realizado con vistas a la Grand Boucle.
Aún así, siempre es la propia carrera la que acaba colocándote en el lugar que mereces, aunque parece claro que el pinteño este año sí parte al menos en igualdad de condiciones, o incluso mejor que Chris Froome, vencedor en la edición de 2013.
La baja de última hora de su gran escudero en la montaña, el checo Roman Kreuziger, ha sido suplida por Majka, que viene de hacer un gran Giro aunque quizá ese esfuerzo le puede acabar pasando factura. Su inicial manifiesto en contra de correr una prueba para la que no estaba preparado, se ha transformado en compromiso para darlo todo por el líder del equipo.
Compañeros tiene para todos los terrenos, con Tosatto, Bennati y Paulinho para llevarle en etapas planas y ciclistas como Jesús Hernández, Rogers, Majka (y quien sabe si Morkov) para la montaña. El danés es un todoterreno que puede echar una mano en cualquier terreno no excesivamente duro. La teoría dice que el de Pinto debería estar mínimo en alguno de los cajones del podium, aunque lo que muchos aficionados al ciclismo desean es verle levantar su segundo Tour de Francia en París.