Tras la victoria en la etapa de hoy y vestirse con el maillot amarillo Greg van Avermaet se ha mostrado más que feliz:
«Ha sido un día perfecto. Es mi primer maillot amarillo, algo dificilísimo para un corredor de mis características: no soy un esprinter puro, tampoco destaco contra el reloj y no soy un escalador de primera así que subir al podio de París es algo impensable. Cuando estoy delante es muy difícil ganarme, sé sufrir. Hoy la etapa me convenía y tuve suerte con los compañeros de escapada. Siempre he trabajado duro pero la suerte no me ha acompañado necesariamente a lo largo de mi carrera. Después de muchas decepciones, da gusto pasar días como este sobre la bicicleta. Después de ganar la Tirreno-Adriático estaba listo para las clásicas, pero las caídas me frenaron en varias ocasiones. Dos victorias y el maillot amarillo en el Tour de Francia me han demostrado que todo ese sufrimiento ha valido la pena».
«Creo que hoy he sabido tomar las decisiones correctas. Separarnos de la fuga inicial ha sido la mejor idea del día porque Majka y compañía no querían colaborar. Si no lo hubiéramos hecho así, no hubiera ganado. Cuando oí que estábamos a 15′ supe que tenía una oportunidad. Pero no era lo que venía buscando. Mi papel es ganar alguna etapa para quitarle presión al equipo, pero no siempre se puede…y nunca me imaginé poder conseguir el amarillo. Venía pensando en no matarme en la bajada, en mantenerme a salvo hasta la meta. El asfalto estaba derretido y era una bajada muy técnica. Tenía que estar concentrado para no caerme y no perder mis opciones de victoria. He podido disfrutar el último kilómetro. Soy sprinter, no estoy acostumbrado a llegar solo y mucho menos a ganar etapas en solitario. El año pasado mi victoria fue especial por ser la primera, pero este año ganar y conseguir el maillot amarillo en la carrera más importante del año, es otro nivel. Es algo con lo que siempre había soñado».
Por su parte el derrotado de hoy, Thomas De Gendt no podido más que conformarse con vestir el maillot de lunares de la montaña y admitir la superioridad de su compatriota: «Hoy Greg era el más fuerte. Cuando atacó, yo ya sabía que se habían acabado mis opciones de victoria. He tenido mala suerte, coincidir con uno de los mejores del mundo en la escapada…es lo que tiene. Era un uno contra uno y él es más fuerte. Está claro que yo buscaba la victoria, pero tener el maillot de lunares tampoco está nada mal. Espero poder conservarlo al menos un día, meterme en las escapadas y seguir sumando puntos… pero dudo mucho que pueda mantenerlo hasta París».
Fuente: letour.fr