Esteban Chaves (Orica Green-Edge) se ha alzado con la victoria en la etapa reina del Giro d´Italia (2.UWT), disputada hoy sobre un recorrido de 210,1 km con inicio en la localidad de Alpago y final en Corvara, en la región de la Alta Badía. La jornada, disputada sobre varios de los puertos más míticos del Giro y de los Dolomitas ha destapado la carta de muchos de los favoritos y ha servido al holandés Steven Kruijswijk (Lotto-NL Jumbo) para vestirse con la maglia rosa.
La carrera comenzó despacio. Pocos eran los valientes que se atrevían a probarlo de salida, conscientes de todo lo que restaba aún por delante. Más de 200 km y 5300 m de desnivel acumulado. Por el camino, Pordoi (1ª), Sella (2ª), Gardena (3ª), Campolongo (2ª), Giau (1ª) y Valparola (2ª). Con sus nombres resonando en las mentes de todos los corredores, la fuga se hizo esperar, casi tanto como los ataques hoy. Aún así, cuando ambas cosas llegaron, lo hicieron a lo grande.
En torno al km 60. de carrera, 37 corredores saltaban del gran grupo: Domont y Houle (AG2R La Mondiale), Zeits (Astana), Bongiorno y Colbrelli (Bardiani), Atapuma (BMC), Moser y Brown (Cannondale-Garmin), Siutsou (Dimension Data), De la Cruz y Trentin (Etixx), Firsanov (Rusvelo Team), Denifl (IAM), Ulissi, Conti, Modolo y Mori (Lampre-Mérida), Wellens, Lightart y Monfort (Lotto-Soudal), Betancur y Herrada (Movistar), Plaza (Orica Green-Edge), Preidler (Giant-Alpecin), Silin, Taaramae y Kotchetkov (Katusha), Castelijns y Roglic (Lotto-NL Jumbo), Roche y David López (Team Sky), Didier (Trek) y Busato y Martínez (Willier-Southeast).
Con dos corredores en la fuga, Movistar se limitó a controlar detrás y la diferencia de la numerosa escapada pronto alcanzó los nueve minutos. En Pordoi (1ª), Cunego pasó primero siguiendo el guion, pero a partir de ahí, todo fue emoción y sorpresa.
El primero en probarlo fue David López (Sky). El corredor español aprovechó el descenso para marcharse en solitario. El de Sky corono Sella (2ª) en primer lugar, aunque ya con Plaza (Orica Green-Edge) y De La Cruz (Etixx-Quick Step) a su rueda. Un terceto íntegramente español que duró poco.
En el descenso de Sella, Plaza abrió un pequeño hueco y ante el desacuerdo entre los dos “David”, sus piernas y su mente le invitaron a soñar con reeditar la hazaña de Cercedilla 15’. El alicantino abrió “gas” y pronto, los otros dos, dejaron de verle.
Con rapidez las diferencias crecieron y pensar en una nueva exhibición del español resultaba cada vez menos disparatado. Gardena (3ª) y Campolongo (2ª) no fueron un obstáculo. Con dos minutos de diferencia, llegó Giau. Con casi 10 km al 9%, debían ser sus rampas las que confirmaran las fuerzas de todos los corredores.
Plaza no iba tan fuerte, y por detrás, Atapuma, Preidler, Siutsou y Roche, demostraban pedalear y ambicionar más. Sigilosos, alcanzaron al alicantino y destrozaron de un plumazo las ilusiones de quienes soñábamos con verle alzar los brazos también el Giro, tras hacerlo en el Tour y en la Vuelta el pasado año.
Atapuma, Preidler y Siutsou dejaban atrás a Roche y a Plaza mientras, por detrás, Astana ponía patas arriba la carrera. Fuglsang y Capecchi primero, y Scarponi y Zeits (venido de la fuga) después, hicieron trizas la carrera. Cedió Jungels (Etixx-Quick Step) y también Amador (Movistar), hoy vestido de rosa.
El costarricense se dejó en la cima algo más de un minuto. Aun así, y en un descenso digno de ser comparado con el realizado por David Arroyo en el Mortirolo en 2010, el “tico” lograba enjugar las diferencias. De nuevo en el grupo y de nuevo vuelta a empezar en Valparola (2ª).
Poner ritmo no servía y mientras Atapuma (BMC) buscaba la victoria en solitario, Nibali (Astana) decidía probar al resto de favoritos. Las respuestas fueron sorprendentes y las no-respuestas más aún. Alejandro Valverde (Movistar), soldado a la rueda del italiano durante toda la etapa, ni siquiera se inmutaba. El murciano se hundía acompañado por Andrey Amador mientras Chaves y Kruijswijk alcanzaban y respondían al italiano.
El Tiburón de Messina había soltado a quien creía ser su más duro rival, descuidando quizás al resto. A su rueda, la nueva generación de ciclistas. Majka y Zakarin a algunos segundos y sobre todo, Kruijswijk y Chaves, acechaban al italiano. Nibali, preocupado únicamente en distanciar a Valverde, asumía la responsabilidad entre los tres más fuertes.
Chaves y Kruijswijk sacaban partido y sacaban diferencias. Al son del plus que da la juventud, los dos soltaron a Nibali y, endiablados, caminaron en busca de Atapuma, solo por delante. De camino encontraron a Preidler, un gigantón que se crece en la montaña. Uno de los nuevos nombres de este nuevo ciclismo.
El Tiburón se dejaba en la cima casi 40 segundos, mientras Valverde casi tres minutos. El Muro de Gatto sirvió para bien poco. La carrera no estaba rota, estaba destruida. El Giro era de los jóvenes y solo un joven podía ganar.
Al final, el destino fue cruel. El ciclismo es así, dicen muchos. La vida es así, dicen otros. Tranquilo Darwin, encontraras tu victoria, tu día, tu gloria. El de BMC fue cazado a falta de 2 km. Lanzó el sprint Preidler, novato en estas lides. Chaves aguantó, esperó y venció. Un colombiano gana. Un neerlandés se viste de rosa. Y, por el momento, solo los jóvenes reinan.