Profetas en su tierra, que diría el tópico. La selección asturiana de ciclocrós hizo enloquecer al público en Los Pericones para hacerse con el título nacional por relevos, el quinto de la historia para ellos, en una carrera que supieron controlar para entrar en meta con menos de diez segundos sobre la selección de Euskadi, que no pudo en esta ocasión revalidar el rojigualda.
La carrera comenzó con las selecciones madrileña y gallega en cabeza, ambas alineando a su sub-23, Víctor Aguado y Raúl Fernández respectivamente. Asturias mantuvo en todo momento el control sobre la situación, con su juvenil Mario Junquera cruzando la meta y relevando en Agustín Navarro a menos de 10 segundos.
En ese segundo relevo, el cadete gallego Iván Feijoo se destacó, manteniendo la ventaja de su selección sobre el citado Navarro, aunque este se acercó a la cabeza logrando ya en el siguiente turno, el que daría el cadete Sergio Palacio, tomar la cabeza. Y de ahí ya no bajó Asturias.
Por detrás las posiciones iban alternando con los relevos de Euskadi, Galicia, Catalunya y Madrid, que alineaban como segunda opción a Juanjo Romero (máster), el citado Feijoo, José Antonio Hermida (élite) e Iván Martínez (élite); y como tercera a Jon Polledo (cadete), Desi Duarte (fémina ¡juvenil!), Josep Durán (juvenil) y Hugo Sampedro (cadete).
Asturias, mientras tanto, y ya en el cuarto relevo (el de Rocío Gamonal) mantuvo y amplió la distancia en un momento de carrera en el que las cosas empezaban a clarificarse, con la selección vasca en segunda posición peleando junto a la gallega, disputando en ese momento con Olatz Odriozola y con Alejandro Mesías (máster).
El quinto relevo fue el turno para que el bronce en los Mundiales másteres Marco Antonio Prieto tomara las riendas del combinado asturiano, yéndose hasta los 25 segundos de margen sobre Euskadi en su paso por meta, cuando el juvenil Jokin Alberdi daba el testigo (bueno, la muñequera rojigualda) al élite Asier Arregi. Y esa sería la vuelta de la emoción, en la que pese a los esfuerzos del vasco por cazar a Gonzalo Andrés, sub-23 asturiano, no hubo nada que parara a este último, que corriendo en casa pudo cruzar la meta con los brazos en alto.