Como bien indicaba el perfil, la primera etapa sería para los sprinters, al igual que casi la totalidad de días de esta prueba que se disputa en el Flandes Occidental. Y los pronósticos se han cumplido. El sprinter francés de la FDJ, Arnaud Démare, ha logrado la victoria gracias al gran trabajo de su equipo, pues fueron capaces de controlar una situación bastante nerviosa, con constantes ataques de corredores que el equipo de Marc Madiot ha solventado con soltura para jugar su baza al sprint. Y la apuesta no ha sido en vano. Por detrás de Démare han entrado en meta su compatriota Adrien Petit y el belga Jens Keukelerie.
La fuga de la jornada ha constado de cinco ciclistas, todos ellos buenos rodadores, Niki Tersptra, Jack Bauer, Angelo Tulik, Jan Ghyselinck y Tom Dernies. Dernies y Tulik fueron los que más guerra dieron al pelotón, pues a 45 kilómetros dejaron atrás a sus compañeros de fuga y emprendieron la aventura para intentar sorprender al pelotón. Este sueño se haría imposible cuando a los pocos kilómetros Tulik sufriría un pinchazo y tan sólo se quedara en cabeza Dernies. A pesar de la dificultad que se le presentaba, el belga se lanzó para adelante y resistió el empuje del gran grupo hasta a falta de 20 kilómetros, que fue cazado por el trabajo de la FDJ.
Pero el viaje hacia la línea de meta no sería un camino de rosas, pues los ataques serían constantes. Poco después de ser cazado Dernies, Edward Theuns se marcharía en cabeza y llegó a disponer de 50 segundos de renta, pero fue cazado a 11 de meta. Inmediatamente después de la caza de Theuns, Jelle Wallays y Dylan Van Baarle volverían a intentar la machada, pero corrieron la misma suerte que sus predecesores, envueltos por el pelotón a 5 kilómetros. Entonces los trenos se formaron para llegar al sprint donde Démare sería el más rápido.