Temporadón con mayúsculas el tuyo. ¿Estás satisfecho por cómo han salido las cosas o te quedas con alguna espinita clavada? ¿Quizás el haber ido al mundial después de haber estado preseleccionado?
Mucho, estoy tremendamente satisfecho con la fortuna que he tenido esta temporada, aunque siempre hay cosas que podrían mejorar, como por ejemplo haber ido al mundial de Toscana. En esta temporada, sin duda, las cosas buenas superan con creces a las malas, pero el único mal sabor de boca que me queda es ver cómo mis compañeros (de equipo y pelotón) no encuentran el sitio que se merecen y se ven obligados a colgar la bicicleta.
¿Y el momento más especial del año? ¿Por qué?
El momento más especial del año y el que me tocó la fibra sensible, fue la Vuelta a Navarra, porque fue donde vi como nueve amigos se vaciaban en favor de su líder, en aquel momento Antonio Molina, desde el inicio de la etapa hasta que sus cuerpos dijeron basta.
Vimos también una imagen muy emotiva, con Molina en el podio de Zaldibia, tras el fallecimiento del abuelo de Antonio. Has hecho muy buenas migas con él. ¿Crees que esa unión influye a la hora de trabajar el uno para el otro en carrera o se trabaja igual sea quién sea el compañero?
Esa semana fue muy dura para él, y demostró un tremendo poder mental al rehacerse y volver a ser el mismo en apenas cuatro días, me parece admirable. La teoría dice que “no importa quién sea el líder del equipo, el gregario tiene que trabajar para él”, pero yo discrepo, el buen líder no es quien más anda, no es el más rápido en las llegadas, no es quien es capaz de subir los puertos en 30 segundos menos que el resto, el buen líder es el que se gana la confianza y respeto de sus compañeros e inevitablemente esa unión se nota, aunque también te diré que el buen gregario es aquel que deja apartados sus prejuicios y rencores en la salida y se vacía en favor de quien el director del equipo haya determinado.
El año que viene con el paso de compañeros a profesionales te va a tocar dar la cara en las grandes citas. ¿Confías en poder pasar al profesionalismo si los resultados acompañan?
Ser profesional es el sueño de todo ciclista, pero no creo que los resultados sean el determinante para pasar al profesionalismo, como podemos ver en el día a día de este deporte, caso de compañeros como Alberto Just.
¿Sería una decepción no dar ese paso?
Para mí no sería una decepción. Probablemente habría gente a la que sí decepcionaría, pero mi verdadera decepción vendría, si con la puerta del profesionalismo se me cerrasen el resto de caminos para disfrutar de lo que haga en la vida, sea lo que sea, bien encima de una bicicleta, o en una silla de oficina.
Eres uno de los mayores candidatos, a priori, para estar en citas como el mundial o el Porvenir. ¿Tienes entre ceja y ceja alguna de estas carreras internacionales?
No tengo ningún objetivo marcado, sí que me haría especial ilusión correr el Mundial, que es en Ponferrada, al lado de casa como quien dice, pero hasta el día 20 de septiembre aproximadamente queda mucho, y sobre todo muchos kilómetros por recorrer.
Hasta ahora con Molina, Grijalba, Diego Rubio, Salas, etc. quizás tenías un poco menos de vigilancia al no ser de los más veteranos. Este año vas a tener a cinco tíos a rueda en cada carrera. ¿Te ves capacitado para resolver este tipo de situaciones?
Ojalá sea así, ese sería un buen indicador (Risas).
Por último. ¿Puedes adelantarnos algo de tu calendario?
Claro que si, hasta Febrero disputaré la convocatoria ordinaria y extraordinaria de mis asignaturas en la Universidad de León (Risas). Hablando en serio, aún no sabemos el calendario que hará cada corredor, sí que lo tenemos delimitado a grandes rasgos, será a priori el mismo que el año pasado incluyendo alguna excursión al extranjero, como podría ser Francia, Italia y Portugal, pero aun están sin confirmar.
Por Borja Iturria (@biturr7) y Ángel Vivar (@Lejotinho)