Robert Gesink ha conseguido inaugurar su casillero de victorias este año, y lo ha hecho en el GP de Québec, logrando una victoria importante no solo por el hecho de ser una clásica World Tour, sino que además ha dejado unas sensaciones de superioridad bastante evidentes en el tramo final de la carrera.
La carrera comenzaba con un trío en cabeza formado por Bilbao, Agnoli y Machado. Por detrás tiraban Canondale y Movistar hasta que llegó un ataque de 3 BMC, Van Garderen, Moinard, Morabito a los que siguió Jesus Herrada, esto desató la caja de los truenos y vimos más corredores intentarlo como Vorganov y Bobridge.
Tras estos arreones se fueron por delante Herrada, Morabito, Van Garderen, Machado, Bobridge y Moinard, por lo que pasó la responsabilidad de tirar a Saxo-Tinkoff. Posteriormente atacaron Offredo, Oss y Marcato, les siguió Devenyns y a continuación Thurau y Lagutin. Pero el pelotón no quería que se le subiese nadie a las barbas y neutralizaron a todos.
A 14 de meta, poco antes de la última vuelta atacó Terpstra a que persiguieron Kuznetsov y Selvaggi, no lo cogieron y posteriormente arrncó Nordhaug, aunque sin éxito. Omega molestaba en cabeza de pelotón y evitaba que el trabajo de Cannondale fuese efectivo, pero aparecieron más equipos como Sky y Lampre que redujeron la diferencia.
En la última subida el propio Sagan arrancó, seleccionando mucho el grupo. A ese ataque le dió continuidad Van Avermaet y terminó por dar caza a Terpstra. En los últimos kilómetros todos le dieron la responsabilidad a Sagan, hasta que llegó Gesink, que no dudó en tirar para evitar que entrasen más hombres en el grupo y fue capaz, a pesar del esfuerzo, de imponerse en el sprint, sprint que se le hizo largo a Sagan, que sorprendentemente a 300 metros se sentaba y era superado por varios adversarios.
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