Philippe Gilbert, Greg Van Avermaet, Gianni Meersman, Dries Devenyns, Johan Vansummeren, Bjorn Leukemans y Jan Bakelants.
Otra de las tres grandes selecciones para este Mundial. Gilbert viene dispuesto a defender su maillot arco irís con uñas y dientes, y no lo va a poner nada fácil a aquel que quiera retarle. Este año parece que está repitiendo el calco del año pasado, una temporada más o menos en blanco hasta que en la Vuelta se destapa y consigue un triunfo de etapa que nos deja a todos con la sensación de que “éste ya va carburando para el Mundial”, al pobre Boasson Hagen todavía sueña con la pasada que le dio el campeón belga en los últimos metros de la etapa de Tarragona. Muy difícil es conservar dos años seguidos ese maillot, de hecho es algo que solo han conseguido dos italianos “recientemente”, Giani Bugno (91´y 92´) y Paolo Bettini (06´ y 07´), y lo que le da ciertas esperanzas aunque hay que remontarse mucho más en el tiempo, dos belgas como Rik Van Looy (60´y 61´) y Georges Ronsse (28´y 29´), este último en la segunda y tercera edición de la historia del Mundial. Tampoco podemos olvidar que los belgas como 25 entorchados son la selección con más mundiales en la historia. Además Gilbert cuenta con una selección brutal porque a sus ordenes quizás si tenga lo más parecido a un equipo dispuesto a trabajar para un solo hombre que hay en toda la prueba: Van Avermaet, Meersman, Devenyns, Vansummeren, Leukemans y Bakelants trabajarán lo indecible porque Gilbert pueda llevarse de Florencia lo que ya llevó allí en la maleta, su maillot de campeón del mundo.