Sin duda Nairo es el ciclista del momento, el hombre que en su primer Tour, y a sus 23 años, ha logrado quedar 2º, llevarse el maillot a lunares rojos, la clasificación de jóvenes y una etapa. Pero no solo eso, ha demostrado ser el corredor más fuerte en la montaña, ha mostrado una gran solidez, sin días malos en su terreno a lo largo de las 3 semanas, que sumado a que Nairo no ha corrido nada antes del Tour (solo ha estado concentrado en su país), le dan al joven escarabajo la vitola de futuro corredor ganador de la ronda gala.
Para los seguidores al ciclismo, lo de Nairo no es nuevo, en 2010 ganó el Tour del Porvenir, anotándose dos etapas de la carrera y tras un año en el Colombia es pasión, recaló en 2012 en las filas del conjunto Navarro. Con ellos ganó ese mismo año la vuelta a Murcia, la Route du Sud e incluso se llevó una etapa de una vuelta con prestigio como es la Dauphiné Libere. Eso le valió para se el mejor escudero de Valverde en la Vuelta a España, donde en ocasiones parecía más fuerte que su líder. Para finalizar el año hizo 11º en Lombardia y ganó en el Giro dell’Emilia.
Este año partía como un corredor importante, con un rol superior, el hombre de garantías de Alejandro. En la Volta a Cataluña, Alejandro se fue al suelo y Nairo cogió las riendas del equipo, finalizó 4º. Le llamaron de urgencia para hacer la Vuelta al País Vasco, tras la baja de Lastras, Nairo llegaba con buen golpe de pedal y acabó ganando la carrera. Llegamos al Tour de Francia, Alejandro se ve envuelto en los abanicos, Nairo asume el liderazgo una vez más y acaba 2º en la carrera más importante del calendario ciclista.
En fin, que Nairo por suerte o por desgracia, es ya uno de los líderes del equipo, uno de los corredores mimados por Unzué, y ahí esta el problema. Nairo se hace grande demasiado rápido. En situaciones normales, Nairo sería el relevo generacional de Valverde, pero esto no es así. Nairo pide sitio, demuestra con sus actuaciones que debe asumir grandes retos para seguir progresando y está capacitado para ello. ¿Y cuál es el problema? Os preguntaréis, pues precisamente el problema es Alejandro Valverde. Alejandro aún no está acabado, de hecho es cierto que sin los abanicos hubiese tenido sus posibilidades de pisar el podio este año, por lo que sería incómodo para el equipo que de cara al próximo Tour, Nairo y Alejandro compartan liderazgo. Alejandro ha sido siempre el niño mimado de la formación, el ojito derecho de Unzué, el hombre en torno al cual se a hecho el equipo y el gran líder para las grandes citas.
Ahora, por resultados, esta Nairo por delante del murciano, aunque recordemos que el patrocinador es español, por lo que Valverde debe ser el buque insignia del equipo. Valverde siempre se ha prestado a trabajar para sus compañeros, pero si su verdadero sueño es el podio de París, en Movistar ya lo va a tener realmente difícil, en este sentido, Unzué tiene un problema. Grandes vueltas hay para todos, pero el Tour es el Tour.
Con esto no pretendo cuestionar al mánager de Movistar, ni a Valverde, todo lo contrario, a lo mejor esto hace que de una vez por todas dejen a Alejandro centrarse en lo que a él le gusta, las clásicas, y el peso de las vueltas por etapas lo asume Nairo Quintana. Esto sería positivo para Valverde y para Quintana, pero lo que esta claro es que Unzué tiene que saber gestionar bien a sus gallos para mantener una jerarquía adecuada en el equipo, y no tenga que soltar corredores como presumiblemente va a pasar con Rui Costa. Ahora, como se empeñen en mantener de líder a Valverde, Nairo puede convertirse en un problema para Unzué.