Los corredores de Euskaltel son libres para negociar su futuro fuera del conjunto naranja, para buscarse una alternativa a la delicada situación que atraviesa el proyecto vasco que, pasado el Tour y a las puertas de agosto, no ha encontrado un patrocinador que impida que desaparezca. Se lo comunicó a los corredores Mikel Astorkiza antes del inicio de la Clásica de Donostia. El director corporativo de Basque Cycling Pro Team se subió al autobús del equipo y les dijo a los que le escuchaban -Nieve, Antón, Izagirre, Landa, Oroz, Astarloza, Verdugo y Egoi Martínez, además de Igor González de Galdeano- que tenían la carta de libertad, que podían empezar a buscarse otro equipo y que entendía que hacerlo era lo correcto, que no habría pegas. No hacía falta porque ese empujón para abandonar el barco lo dice todo, pero también les puso al día de la situación que atraviesan las negociaciones para que un patrocinador compense la delicada situación económica de un proyecto que, según explicó Euskaltel durante el Tour, resulta inviable en la actual circunstancia en la que la empresa de telefonía debe aportar 7 de los nueve millones de presupuesto. Y les vino a decir que la cosa estaba mal, que no había avances ni nada por el estilo aunque seguían abiertas las negociaciones, pero que las fechas se les echaban encima sin que una solución asomara en el horizonte y que, en esa circunstancia, preferían dejar que cada uno se buscase la vida por su cuenta.
Eso significaría que el equipo comienza a desmantelarse y que su destino estaría, también, más que definido, que es la teoría que manejaba Galdeano cuando dijo aquello de que este era el último Tour que Euskaltel corría como tal. De ocurrir algo, lo más probable es que sea la llegada de un nuevo patrocinador que compre el equipo o la licencia World Tour y lo moldee sin estar ligado a Euskadi ni a la cantera vasca. Sería otra cosa. Ni Euskaltel ni Euskadi.
La concesión de la carta de libertad afecta a los corredores con contrato más allá de esta temporada. Entre ellos están Samuel, Nieve, Antón o Jon Izagirre, que renunciarían a esa vinculación si firmasen con otro equipo o, lo que es lo mismo, liberarían a Euskaltel de la carga de esos contratos a los que la empresa debería hacer frente si la estructura actual desapareciese.
En una situación puente estaría Omar Fraile, que espera que el Caja Rural le renueve. De no hacerlo, tiene firmado un contrato de dos años con la Fundación Euskadi del que se hizo responsable Euskaltel.
Fuente: Diario Deia